¡Cierra las puertas de tu hogar a todos los virus! Sin ir a una farmacia, sin ayuda de expertos puedes hacer un gel antibacterial y estar listo para sacar de casa en un 2×3 a los gérmenes y demás bacterias.
Por: Espectador de Caracas con información de DoctorAkiBlog
INSEPARABLES E IRREMPLAZABLES: EL AGUA Y EL JABÓN
Primeramente, es importante que aclaremos este punto: no hay nada que combata mejor los virus y bacterias que una buena dosis de agua y jabón.
Los desinfectantes de manos funcionan bien contra determinados tipos de microbios. Pero, las manos pueden ensuciarse mucho o engrasarse después de hacer ejercicio, manipular alimentos o trabajar con plantas. Cuando las manos están muy sucias o grasosas, es posible que un gel antibacterial no sea la mejor opción. ¡Nada que hacer! En esos casos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan lavarse las manos con agua y jabón.
Pero si no hay agua y jabón en el momento, puedes usar un desinfectante para manos que tenga al menos un 60% de alcohol, de manera que esquives enfermedades y evites la propagación de microbios a otras personas.
INGREDIENTES PARA HACER GEL ANTIBACTERIAL
La agencia del gobierno norteamericano Food and Drugs Administration emitió a inicios de este mes de marzo una política temporal sobre los componentes de los antibacteriales a base de alcohol. Así que, a continuación te presentamos los ingredientes que ellos sugieren para hacer tu propio gel antibacterial.
Vamos a necesitar:
- Alcohol (etanol) (80%, volumen/volumen (v/v))
- Glicerina (1,45% v/v)
- Agua oxigenada (0,125% v/v)
- Agua fría hervida
PASO A PASO PARA PREPARAR EL GEL ANTIBACTERIAL
Para la preparación tomemos como guía las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, ¡empecemos!
- Deposita el alcohol en una botella grande o en el recipiente que vayas a usar.
- Luego, agrega el agua oxigenada.
- En este punto, puedes incluir a tu mezcla la glicerina. Eso sí, para que te asegures de añadirla en su totalidad, enjuaga el recipiente en el que la tenías con un poco de agua fría, previamente hervida, y luego vacía el contenido en la botella en la que tienes los demás componentes.
- Ahora, sigamos con el agua hervida y que ya esté fría. Tan pronto como termines de añadirla, cierra el recipiente para prevenir la evaporación.
- Para finalizar, agita el recipiente y mézclalo adecuadamente para que se integren los componentes.
¡Listo! Ya tienes una composición según las indicaciones de la OMS.