La precandidata republicana a la presidencia de Estados Unidos (EE. UU.), Nikki Haley, afirmó durante una entrevista para el programa de radio ‘The Breakfast Club’, que el estado de Texas tiene derecho a separarse del resto del país, si sus ciudadanos así lo deciden.
Al ser cuestionada por las opiniones que expresó en 2010 durante la campaña a gobernadora de Carolina del Sur, relacionadas con que todos los estados pueden separarse, aseguró que la Constitución así lo estipula, Haley insistió en que “los estados tienen derecho a tomar las decisiones que su gente quiera tomar”.
Aunque Haley calificó el deseo de secesión de Texas como poco probable, insistió en que cree en los “derechos de los estados”. “Si todo el estado dice: ‘Ya no queremos formar parte de EE. UU.’, es su decisión”, afirmó. “Si Texas decide hacer eso puede hacerlo, pero hablando de la realidad, Texas no se va separar”, añadió.
Finalmente, la política defendió los esfuerzos del gobernador Greg Abbott, por controlar la crisis migratoria en la frontera con México, incluyendo la instalación de vallas para impedir que la crucen.
“Tiene que proteger a Texas”, aseguró y explicó que, durante su mandato como gobernadora había tenido que “proteger” a Carolina del Sur, negándose a recibir a refugiados sirios y prisioneros Guantánamo.
Sin embargo, la Constitución estadounidense no tiene un mecanismo formal para la secesión de sus partes constituyentes. Tras la victoria de la Unión sobre los confederados en la guerra civil, la sentencia del Tribunal Supremo de 1869 en el caso Texas contra White especificó que los estados no pueden separarse unilateralmente de EE. UU. y que los actos de la Legislatura insurgente de Texas, incluso siendo ratificados por la mayoría, eran “absolutamente nulos”.
Cuando Texas ingresó a la Unión, “entró en una relación indisoluble”, escribió el presidente del Tribunal Supremo Salmon P. Chase para el tribunal.
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