La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) se han unido para elaborar una guía que sirva de hoja de ruta para la atención de determinados tipos de cáncer hematológico, aquellos que tienen una tasa de curación más elevada, es decir, determinados tipos de linfomas y de leucemias.
En las últimas décadas, los avances en el diagnóstico precoz y en el tratamiento del cáncer hematológico han mejorado de manera significativa la supervivencia de los pacientes y cada vez son más los que logran supervivencias libres de enfermedad de más de cinco años de duración, lo que en algunas hemopatías se considera curación.
“Con esos pacientes, que, a partir de un tiempo, tienen un riesgo de recaída muy bajo y que históricamente se han manejado en las consultas especializadas de hematología, creemos que ya aportamos poco y podrían pasar a Atención Primaria con un seguimiento enfocado más en las posibles secuelas tardías de los tratamientos”, explica a EFEsalud la hematóloga Izaskun Zeberio Etxetxipia, una de las autoras de la guía.
Por eso es importante un detallado informe de alta, que la guía propone, donde se especifique desde el tipo tratamiento que ha tenido el paciente, hasta qué dosis de fármacos o que campos de su cuerpo han sido radiados.
Los eventos cardiovasculares, la secuela más común
Este documento, “Largos supervivientes de cáncer hematológico”, dirigido al personal sanitario de Atención Primaria, especifica por tipo de linfoma y de leucemia y según el fármaco las posibles secuelas que pueden aparecer con los años por tratamientos combinados de quimioterapias, inmunoterapias y radioterapia, estrategias propias contra los cánceres de la sangre.
En general, concreta la especialista en hematología y hemoterapia del Hospital Universitario de Donostia, lo más común es que esos pacientes con el tiempo desarrollen, entre otros muy variados, distintos eventos cardiovasculares que es necesario controlar desde el centro de salud.
Por eso, recomiendan pruebas de cribado, como el ecocardiograma, fuera de los programas dirigidos a la población general y sobre todo la recomendación de hábitos de vida saludables.
“Estos pacientes tienen que tener un control sobre el colesterol, la diabetes, la tensión arterial, hacer ejercicio físico. Una recomendación que ya se hace desde Atención Primaria pero que en esos pacientes tiene que ser más robusta”, indica la doctora.
Vigilar los riesgos del cáncer
La hematóloga explica que otra de las consecuencias de los tratamientos, aunque no son frecuentes, con el paso de los años es la posibilidad de que se produzca un nuevo tumor.
Por eso es importante, recalca, llevar unos hábitos de vida saludables con dieta equilibrada, ejercicio y evitar el consumo de tabaco y el alcohol.
“Ya que tienes un boleto que viene dado por un tratamiento que era inevitable, es necesario no añadir otros factores que aumenten el riesgo de segundas neoplasias”, apunta.
En esos pacientes también la guía aconseja cribados con más frecuencia. Por ejemplo, en el caso de mujeres largas supervivientes de cánceres hematológicos con riesgo de cáncer de mama adelantar o hacer con otra frecuencia la mamografía.
Aunque en los tipos de linfomas y leucemias que se abordan en la guía el riesgo de recaída es bajo, siempre existe. Por eso detectarlo en Atención Primaria es otra de las prioridades.
La comunicación telemática entre el médico de familia y el hematólogo para consultas y derivaciones rápidas se ha convertido en un compromiso para su implementación en los sistemas sanitario de las comunidades autónomas.
No hay regla fija para terminar la atención en la consulta de hematología del hospital y continuarla en el centro de salud, depende de cada paciente y de cada estructura sanitaria.
“Hay pacientes que se alivian cuando los mandas a primaria y otros que demandan el hacer un poco más de seguimiento porque el tener ese contacto con el especialista pues les aclara más dudas. Hay que individualizar”, señala la médica.
Atención al impacto psicológico del cáncer hematológico
La guía recoge pautas para una alimentación saludable rica en frutas, verduras y legumbres, pero también indicaciones de tiempos y tipos de ejercicio para una vida alejada del sedentarismo.
Pero también, según la hematóloga de la SEHH, es necesario atender el impacto psicológico que el cáncer hematológico puede acarrear a los largos supervivientes como miedo, ansiedad, cambios en su vida laboral y social….
Por eso es necesaria la detección de estos problemas en Atención Primaria para derivarlos a los servicios de psicología y psiquiatría correspondientes.
En España, los linfomas, las leucemias y el mieloma son los cánceres de la sangre más frecuentes, con una incidencia anual estimada de 10.000, 6.000 y 3.000 casos, respectivamente, según datos de la Red Española de Registros de Cáncer.
En cuanto a la prevalencia, se estima que en España podría haber 23.000, 16.000 y 25.000 pacientes con linfoma, leucemia y mieloma múltiple, respectivamente.
Con información de EFE
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