El líder opositor de Venezuela, Juan Guaidó, acusó este viernes a Nicolás Maduro de tener vínculos con grupos narcoterroristas internacionales, como Hezbollah o las FARC, un extremo que, afirmó, «representa una grave amenaza» para la región latinoamericana.
Por: El Espectador de Caracas con información de 800Noticias
«La dictadura de Maduro representa una grave amenaza para la estabilidad y la paz de la región», dijo Guaidó durante su participación en el Sedona Forum, organizado por el McCain Institute.
«Hoy, Maduro tiene peligrosos vínculos militares, de inteligencia y económicos con regímenes como Irán, Rusia, Cuba y China. Esos vínculos además se extienden a grupos narcoterroristas internacionales como el ELN y la disidencia de las FARC, (y) también con Hezbollah», agregó.
De acuerdo con el opositor, Maduro, que gobierna desde 2013, permite que «toda esa corporación trasnacional del crimen organizado» actúe en Venezuela para que le ayuden a explotar el llamado Arco Minero del Orinoco, una extensa región rica en recursos como oro, cobre, diamante, coltán o bauxita.
En este sentido, Guaidó aseguró que en esta zona «se explota oro de sangre, se comenten crímenes como trata de personas, se masacran indígenas, se violan derechos humanos y se sabotean los esfuerzos de Estados Unidos y de la comunidad internacional por atender el cambio climático».
Por ello, pidió al Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, seguir en «la búsqueda de justicia para responsabilizar a aquellos que han saqueado» Venezuela «y han cometido graves violaciones a los derechos humanos», en una alusión a los funcionarios de la Administración de Nicolás Maduro.
Además, instó a que se declare a la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (FAES-PNB) como «un grupo de exterminio que busca diezmar a la población», y que no debería contar con «ningún tipo de apoyo que contribuya con su accionar».
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, la chilena Michelle Bachelet, ha recomendado al Gobierno venezolano disolver este grupo policial, sobre el que pesan diversas acusaciones de violaciones a los derechos humanos por parte de activistas y dirigentes opositores.
Pero Maduro ha hecho caso omiso a las recomendaciones y ha declarado públicamente su respaldo al grupo policial.