Griselda Reyes: Garantías para todos

Muchos hemos planteado de manera incesante, defender la necesidad de hacer de las elecciones previstas para el 21 de noviembre, lo más transparente posible.

Un proceso electoral confiable, creíble, que traduzca cada voto en elección, debe ser un bien nacional en función del cual todos debemos seguir trabajando arduamente.

En esta tarea, un grupo importante de partidos políticos, nacionales y regionales, quedó atado de manos por la falta de respuesta del Consejo Nacional Electoral (CNE), ante las legítimas solicitudes de formalizar sus organizaciones políticas.

Somos cientos de miles de líderes y dirigentes regados por el país quienes vamos más allá de un perverso juego político que hoy existe entre dos polos de poder.

Mal pueden pretender que el PSUV y la recién habilitada tarjeta de la MUD se conviertan en el paraguas de tirios y troyanos, pues no todos los liderazgos tienen cabida allí.

Reconociendo el esfuerzo que se ha hecho desde el ente rector, estamos obligados a alzar nuestra voz para exigir que se respete el derecho de participación de todos los partidos políticos, y con esto estimular la real participación ciudadana. No subestimemos cualquier esfuerzo en el afán de devolver a los venezolanos al voto.

El país aspira auténticos liderazgos de base que van mucho más allá de imposiciones partidistas. Y así nos lo han confirmado los ciudadanos de los sectores visitados en nuestras giras por el país; así como los voceros políticos y sociales en cada llamada o reunión virtual.

Incluso, recientemente recorrimos algunas comunidades del estado Miranda y la gente nos hizo saber que quiere participar, pero sobre todo elegir a dirigentes que los representen, no a figuras impuestas a dedo por las organizaciones políticas tradicionales.

Y para muestra un botón: el proceso de selección de precandidatos del PSUV terminó con múltiples quejas de trampas, fraudes, abuso de poder y amenazas, que dejaron por fuera a quienes llevan años tratando de acceder a cargos de elección popular para meter en lista a los apadrinados por los «chivos mayores».

Los venezolanos anhelan gerentes comprometidos que pongan sobre la mesa propuestas serias y viables para lograr mejoras y el desarrollo de todos los sectores de la vida pública.

Quien no quiera ver esta realidad está ciego. Hoy hay miles de venezolanos emprendiendo por su cuenta ante la falta de respuesta de un gobierno que dice proteger a la clase trabajadora; miles de empleados públicos «matando tigres», porque ni siquiera devengan un salario capaz de garantizar su manutención; hemos visto que hay una mayor disposición de empresarios, industriales y comerciantes nacionales e internacionales a invertir por la flexibilización de algunos controles de la economía.

Pero a todos ellos debemos tenderles la mano. Ante esta realidad, hay que trabajar en leyes que den garantías a la inversión nacional y extranjera, que permitirá construir y avanzar hacia el país que anhelamos.

Para esto, es necesario que todos los actores tengamos la posibilidad de competir en igualdad de condiciones, y que sean los venezolanos quienes decidan si quieren continuar en el sendero del desastre socialista y la debacle económica; o si por el contrario dar paso a gerencias de altura que permitan empezar a recuperar al país desde la base.

El venezolano no quiere votar por votar. El venezolano quiere elegir y quiere hacerlo correctamente para llevar a los puestos de poder a quienes permitan ir solventado los problemas que existen, y que son muchos.

@griseldareyesq
griseldareyes@gmail.com
www.griseldareyes.com

El Universal

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