Han vuelto los Estados Unidos de América al escenario internacional, ejerciendo lo que nunca debieron abandonar, su liderazgo.
Por El Espectador de Caracas con información de Miami Mundo
En el tiempo que tiene el señor Presidente Biden en ejercicio de la presidencia se han comenzando a recomponer las deterioradas relaciones que su predecesor en el Salón Oval había dejado. La renovación de conexiones con la Unión Europea, su posición frente a Rusia y China, el retorno al Acuerdo de París y la declaración de su gobierno respecto del asesinato del periodista árabe saudí y sus implicaciones, son una muestra de un giro de 180 grados.
Por lo que se refiere a Venezuela, la posición del nuevo ocupante de la Casa Blanca y su actual Secretario de Estado es menos estridente que los anteriores –dado que no se afirma lo obvio relativo a las opciones- pero igualmente bipartidista. El problema es nuestro, debemos resolverlo nosotros y les colaboraremos coordinando con Europa, mientras utilizamos las sanciones como mecanismo de presión. Eso sí, es menester unidad opositora.
Los mensajes norteamericanos están claros para todos. Por lo menos por los próximos cuatro años Estados Unidos hará lo que, como primera democracia del mundo, está obligada a hacer, defenderla.
Esa defensa, por cierto, tendrá costos no es pues como bien reza el adagio “no hay almuerzo gratis”. Todos los países tienen interés –el suyo- los cuáles deben proteger ante cualesquiera otro. En el caso de una potencia, aquéllos son globales y por ende su política debe estar focalizada en todo el mundo y no en particular en su espacio geográfico.
Los países que como Venezuela tienen problemas y cuya dirigencia no ha sido capaz de resolverlos, requieren de la intervención de otros para que esto ocurra, pero quienes participen no lo harán como hermanitas de la caridad sino como socios que algún beneficio obtendrán de ese proceso de quiebra en el que nos hemos sumido. Esa es una realidad con la que debemos convivir.
Queda todavía por ver que hará el nuevo gobierno con el tema Cuba y el acuerdo Obama-Castro. Seguramente desde la isla se estará buscando su reactivación en los mismos términos en que estaban cuando los interrumpió la administración Trump, mas lo cierto es que es una oportunidad para revivirlo previo cumplimiento de condiciones internas en la isla y respecto de los países en los cuáles influyen.
En todo caso, bienvenidos los Estados Unidos de América nuevamente al ruedo internacional. Su presencia es invaluable para quienes creemos en la democracia y la libertad.