Gonzalo Oliveros Navarro: Única alternativa

Varias personas esta semana me han hecho las mismas preguntas relativas a las negociaciones en México. Mi opinión sobre las mismas y las razones motivan mi posición.

Los conflictos políticos no son insolubles, Se resuelven por la via diplomática o pacífica o se resuelven o otra manera. En el caso venezolano, creo que todas las hemos tratado de implementar. Es así como lo hemos tratado de hacer con votos o revocatorios, con movilizaciones ciudadanas, con abstención o negociaciones y hasta con alzamientos militares. A la fecha nada ha dado resultado.

El fracaso que describo tiene motivos diversos, entre otros, acciones judiciales, represión, desmovilización, renuencia de alguno de los actores a continuar lo avanzado o ausencia de acompañamiento. A esas variables se ha sumado la expectativa que, durante la administración del señor Presidente Trump creó el Asesor Nacional de Seguridad relativa a una eventual intervención armada norteamericana, mientras desde el Departamento de Estado se desarrollaba una estrategia de negociación, que por cierto era la via por la cual abogaban los restantes miembros de la comunidad internacional interesados en nuestra situación, que adversan el accionar venezolano a partir del 10 de enero de 2019.

Mientras todo eso ocurría, desde los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea se aprobaban una serie de medidas individuales que sancionaban la conducta de algunos personeros venezolanos, lo que en el caso del primero de dichos países implicó también sanciones que de alguna manera impactaban a los habitantes de nuestra tierra.

Es en ese entorno, en el cual ninguno de los actores políticos ha podido vencer al otro que las partes en conflicto, acompañados de países representativos de las dos posiciones que respecto de nuestra situación interna tiene la comunidad internacional, se ven obligados a sentarse en Ciudad de México. Obsérvese en tal sentido que utilizo la expresión “obligados” pues así lo creo.

Por una parte, uno de los actores comprende que cada vez más, personeros que le acompañan en su actuar son sujeto de algún tipo de medida internacional que afecta su desplazamiento por el mundo –y quizás el de sus bienes- y por el otro, su contraparte entiende que la figura del interinato no puede extenderse indefinidamente en el tiempo, en tanto que mientras ello ocurre, mas del veinte por ciento de los venezolanos han salido de nuestras fronteras, impactando las economías de los países que les reciben, mientras que los recursos de los donantes internacionales no llegan en la proporción que se requieren, quizás porque tienen una impresión de la naturaleza de nuestro conflicto muy distinta a la del sirio.

Si a eso se suma que con vista a la situación internacional no será posible que –como algunos actores políticos solicitan- se implemente desde la Organización de las Naciones Unidas una intervención con fundamento al R2P, por cuanto que, aparte de ser discutibles las condiciones que lo motivarían, en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas los aliados de la gestión que se desarrolla en Caracas, vetarían la respectiva resolución y en el caso de plantearse en la Asamblea General –si tomamos como parámetro lo ocurrido con la elección del representante venezolano para el Consejo de Derechos Humanos- los países que apoyarían la misma estarían en minoría respecto de quienes ella adversarían.

Es entonces bajo ese escenario que solo queda la negociación, la negociación seria. Una a través de la cual se construya la reinstitucionalización que, insisto en ello, debe partir por el poder judicial y en especial por el Tribunal Supremo de Justicia como árbitro máximo de las controversias internas.

Es entonces ese mecanismo –nuevamente- visto el fracaso de todas las alternativas de solución hasta ahora implementadas, la via que nos queda, en el entendido que, a partir de la misma y la reinstitucionalización que referimos, se podrá ir construyendo las restantes que permitan de una manera pacífica, resolver el conflicto que nos afecta e impacta a la comunidad internacional. Si el mismo fracasa, todos seremos perjudicados.

@barraplural

Jueves, 23 de septiembre 2021

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