Anunció el señor Maduro el pasado lunes que, como consecuencia de la elección regional que se realizará el 21 de noviembre próximo, respetará los resultados y en tal virtud no designará protectores en aquellos estados y municipios en los cuales sus partidarios pierdan.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural
Para conocimiento de mis lectores no venezolanos, la figura del protector fue un invento del chavismo no previsto en la Constitución conforme al cual, como se desprende del párrafo precedente, un tercero no elegido por los votos ejercía –por designación presidencial- las competencias que la Constitución y la ley le atribuyen a quien si los obtuvo. Fue élla entonces la forma y manera como el socialismo del siglo 21 burló la voluntad popular en estados y municipios y lo hizo desde que gobernaba el señor Chávez. El anuncio del señor Maduro es el reconocimiento de éllo.
Inmediatamente de producido el mismo algunos reaccionaron afirmando que éllo era consecuencia de que en la Asamblea Nacional elegida el pasado mes de diciembre se estaba discutiendo una legislación que le daría piso jurídico a esa figura que se eliminará por lo que, en todo caso, cuando aquélla se apruebe, se vulnerará la voluntad popular.
No discutiré el carácter constitucional del protectorado bajo esas condiciones –si es que finalmente eso ocurre- tan solo me limitaré en esta barra a proponer alternativas para enervarlas desde el punto de vista ciudadano dado que creo que lo responsable no es solo plantear el problema –que muy fácil es- sino proponer soluciones.
El artículo 74 de la Constitución venezolana de 1999 establece la posibilidad de que -a través del mecanismo del referendo- se deroguen leyes.
No entraré en la disquisición jurídica respecto del órgano que la emite. Lo que él acuerde a los venezolanos se les impone por la fuerza de los hechos y el respaldo de los tribunales y las armas, esa es una realidad incontrastable que debe ser digerida por todos, pero ocurre que, en este momento –diría que como nunca en los últimos años- la gestión del señor Maduro se está viendo precisada a cubrir las apariencias frente a la parte de la comunidad internacional que no apoya su accionar –en búsqueda de la suspensión de las sanciones que tanto afectan- y de allí que esté adoptando algunas decisiones en tal sentido.
Al ser ello así, los ciudadanos deberían aprovechar esa coyuntura de manera que, si se produce la sanción de la ley que señalé -en los términos de crear una suerte de protectorado legal- nos quedan los mecanismos previstos en la Constitución, es decir, impulsar el citado referendo lo que requiere que el 10% del padrón electoral lo promueva, que en el mismo participe cuando menos el 40% de este y por supuesto que la mayoría de quienes concurrieron apruebe la derogatoria. Sería éllo un instrumento magnífico de movilización ciudadana y adicionalmente de puesta a prueba de la voluntad del señor Maduro y quienes le acompañan de ajustar su conducta a la Constitución.
Los puentes se cruzan al llegar a éllos, no antes. Ello no implica sin embargo no estar preparados para adoptar decisiones porque lo tumbaron. Lo que debemos evitar es quedarnos parados lamentándonos porque lo implosionaron o impulsando a que lo tumben porque está previsto hacerlo. A eso a nadie acompaño.