Leo en la revista Semana la historia de un médico colombiano que se ha radicado en Venezuela desde 2016. Llegó a Ciudad Bolivar-la antigua Angostura- a convalidar sus estudios de medicina, lo hizo y ya, en 6 años tiene dos especializaciones, clínica propia, es profesor en la Universidad Central de Venezuela pero, sobre todo, es apreciado por todos al reconocer expresamente al final de la entrevista, que no ha sido discriminado por nadie.
Tengo por los médicos un especial afecto al punto que, en algún momento pensé estudiar para administración de hospitales. Lo cierto es que, si alguna característica particular tienen en su gran mayoría los que han formado nuestras universidades -aparte de su competencia- es su sensibilidad.
Nuestras médicos, donde quiera que puedan hacerlo, le dedican a su paciente el tiempo que sea necesario, no 20 minutos limitados, el que ellos requieran y en el mismo no se limitan a examinar o detectar la dolencia física motivo ordinario de la consulta, sino también con afecto e interés, indagan en el aspecto síquico del paciente, coadyuvando con su charla y su consejo a la recuperación.
Desde hace mas de cuatro años, hemos solicitado al gobierno de Colombia facilite el ejercicio de nuestros médicos en el país. Hemos propuesto que, para contrarrestar la presión corporativa que lo ha impedido, se les permita a ellos atender solo a nacionales venezolanos que en Colombia se encuentran. Que así como se les permitió hacerlo a los Cascos Blancos argentinos que en visita humanitaria aquí lo hicieron sin convalidar, se haga lo mismo con los nuestros, diseñando a tal fin una normativa que les permita a ellos, con su práctica en connacionales, convalidar para atender a todos. Tiene allí la administración Guaidó en Colombia un tema que pudiera abordar.
El tiempo pasa y mientras eso ocurre, la presión corporativa-o acaso el temor de esas características- impide una integración eficiente, efectiva y beneficiosa para todos de quienes en Venezuela se formaron para servir y lo hacen muy bien en cualquier parte del mundo que lo permite.
Gonzalo Oliveros Navarro
Fundacion2Paises
@barraplural