Domingo 23 de enero 2022
Eso se cumple de un hecho que abriría las puertas de los mejores 40 años que Venezuela tuvo en toda su historia.
Gonzalo Oliveros Navarro / @barraplural
Un dia como hoy en 1958, en la madrugada, quien desde el 2 de diciembre de 1952 ocupare la presidencia de la república como “presidente constitucional” tal como rezaba la letra de un porro de la época, salió en el avión que le servía a sus giras internas –la vaca sagrada- de las fronteras del país, asumiendo el poder una junta cívico militar que en menos de un año nos llevó a elecciones.
Ese “presidente constitucional” no había sido electo producto de ninguna consulta popular. Fue consecuencia de la designación de una asamblea constituyente espuria integrada de manera irregular por personas que resultaron derrotadas en las elecciones que al efecto se realizaron, a pesar de que esa fueron convocadas por quienes ostentaban el poder desde el 24 de noviembre de 1948 como consecuencia de un golpe de estado contra el primer presidente venezolano democráticamente electo, Rómulo Gallegos.
Ese último viaje en la “vaca sagrada” fue consecuencia de una consulta fraudulenta –un plebiscito- no previsto en la constitución, cuyos resultados fueron trucados, lo que no fue aceptado ni por los ciudadanos, que participaron en la misma -en claro mentís al mantra actual en nuestro país según el cual en dictadura no se vota- ni por los compañeros de armas del viajero. Así, menos de cuarenta días después, luego de haber destituido de su gabinete a quienes habían sido su soporte político durante su gestión – el ministro del interior Vallenilla Lanz y el director de la policía política Pedro Estrada- su jefe, Marcos Pérez Jiménez salía al exilio recordando con certeza las palabras de un compañero de armas que, observando lo que ocurría en el país, le afirmó para la historia “pescuezo no retoña”.
Ese viaje fue también consecuencia de haber reconocido los venezolanos de la época que el voto es uno de los instrumentos que se tienen para defender sus derechos. Según las circunstancias el mismo se ejerce o no, pero a él no se renuncia. Ese es un aprendizaje que algunos o han olvidado o lo desconocen quizás porque de historia, a veces no conocen ni la familiar.
La fecha que hoy se celebra en Venezuela es emblemática además en vista de las circunstancias presentes.
Algunos obvian –por razones que solo ellos conocerán- que la participación política es un derecho humano y como tal está protegido. Olvidan con su accionar que el país está siendo sometido en este momento a un proceso de observación como consecuencia que, a juicio de quienes pueden considerarlo, allí no se protegen ellos y en tal virtud pretenden aplicar el principio de complementariedad que respecto de los mismos están internacionalmente convenidos. Cometen entonces un grave error si –en consulta judicial necesaria para que opere- mantienen esa misma posición.
Las lecciones de lo que hoy se celebra son múltiples. El problema lo resolvimos nosotros; lo hicimos actuando en equipo, lo que lo originó fue, no solo el desconocimiento de la constitución sino –sobre todo- el de un resultado electoral basado en el voto como mecanismo de participación pues, en dictadura también se vota, a pesar de lo que algunos todavía hoy crean.
Los años han pasado. Hoy se discute en Venezuela si estamos o no en dictadura. Al respecto cada uno tiene su respetable posición. Lo cierto es que el análisis de la conducta de la dirigencia y de la ciudadanía de la época alguna luz pudiere darnos a todos en estos tiempos que vivimos respecto de lo que somos pero mas en especial, de lo que estamos haciendo –o no- para cambiar el estado de cosas que nos ocupa.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural