21 de septiembre de 2024 9:55 PM

ABC de España: La salida de Edmundo González a España genera incertidumbre en la oposición venezolana

Tras la celebración de las elecciones el 28 de julio, Edmundo González quiso desaparecer. Era consciente de que su seguridad no estaba garantizada y tampoco la de su familia. El mejor destino fue la embajada de Países Bajos en Caracas, donde el embajador Robert Schuddeboom, según las fuentes consultadas, le ofreció todo tipo de facilidades, aunque algunas restricciones en materia de comunicaciones.

Al parecer, y como es lógico, no quería que el régimen de Nicolás Maduro estuviera al tanto y la prueba es que no informó a las autoridades. Un gesto de valentía que se une, según confirman fuentes diplomáticas holandesas, a un gesto de «hospitalidad» no exento de riesgos. El canciller de Maduro, Yván Gil, ha admitido que efectivamente no pudieron detectar dónde estaba el líder opositor.

Así, Edmundo González llegó a la sede diplomática por una «concesión amable y excepcional» del Schuddeboo, según adelantó el diario local ‘La Aldea’, y «estaba decidido a permanecer en el país». Pero todo se precipitó cuando decidió unilateralmente cambiar la embajada de Países Bajos por la de España, posición que adopta para abandonar Venezuela y que estas fuentes sitúan en el miércoles 4 de septiembre. María Corina Machado no estaba al tanto de este viraje, algo que, cuando ha trascendido, ha preocupado mucho a la oposición venezolana por el riesgo a que afectara a la unidad, como desveló ABC.

Según ha podido confirmar este periódico, la presencia del líder opositor en la embajada de Países Bajos tenía un límite: el embajador Schuddeboom debía partir de Venezuela el 11 de septiembre porque terminaba su mandato, lo cual abría un periodo de cambio en la embajada. No obstante, el ministro holandés de Asuntos Exteriores, Caspar Veldkamp, envió ayer una carta al Parlamento de su país en la que describe lo sucedido en Venezuela por lo que respecta a su legación diplomática allí. En su carta explica que Edmundo González le pidió protección al embajador de Países Bajos «el día siguiente de las elecciones» (29 de julio), pero «a principios de septiembre» le hizo saber al encargado de negocios holandés que deseaba trasladarse a España.

El líder opositor aseguró que María Corina no supo de su plan de marcharse hasta el día antes de la visita a la Embajada española

El ministro da a entender que él personalmente se dirigió al líder opositor y que le habló «de la situación en Venezuela, de la importancia del papel de la oposición en la transición a la democracia. También se insistió en que manteníamos nuestra oferta de hospitalidad. Él indicó sin embargo que quería irse a España a continuar su lucha». Algunas versiones no confirmadas indican que las razones por las que González abandonó la embajada holandesa habrían sido la negativa del Gobierno de La Haya a permitir la entrada de los dirigentes de la dictadura Delcy y Jorge Rodríguez para extorsionar al opositor, como sí sucedió en la residencia del embajador español. Otra versión sitúa al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en la iniciativa de este traslado, como paso previo al abandono de Caracas a través de un avión de la Fuerza Aérea española. Fuentes del Gobierno holandés se negaron a comentar estas dos versiones ni ninguna otra e insisten en que la única información oficial es el contenido de la carta de su ministro.

Éste explica por su parte que «el mismo día de las elecciones ya surgieron dudas sobre la transparencia en la gestión de los resultados» y que el Gobierno holandés «ha presionado por una posición conjunta en la UE para pedir la divulgación de los datos y la verificación independiente de los mismos». «La comunidad internacional puede contribuir más eficazmente a la restauración de la democracia y el Estado de derecho, así como el fin de las violaciones de los derechos humanos, si trabajamos juntos». En este sentido afirma haber tenido contactos con los gobiernos de Brasil y Colombia, pero no se refiere en ningún momento a gestiones específicas con el Ejecutivo español. Veldkamp termina su carta asegurando que «el Reino de los Países Bajos sigue comprometido con los derechos humanos y la restauración de la democracia y el Estado de derecho en Venezuela».

Más de un mes después de las elecciones, el régimen de Maduro seguía apretando a Edmundo. Ya el 2 de septiembre, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, solicitó a un juzgado especializado en delitos de «terrorismo» que emitiera una «orden de aprehensión» en su contra por una «presunta comisión de delitos de usurpación de funciones» y «forjamiento de documento público», en relación a las actas electorales de las presidenciales del pasado 28 de julio. Al día siguiente, el tribunal emitió la orden de detención. Según las fuentes consultadas, el abogado de Edmundo González se reunió con el fiscal en la sede del Ministerio Público el 4 de septiembre.

Entretanto, un avión enviado por el Gobierno de España esperaba en República Dominicana desde la medianoche del 5 de septiembre. El viaje a Caracas para recoger a Edmundo se produjo dos días después, en la tarde del sábado 7. Previamente, en la madrugada anterior, Jorge y Delcy Rodríguez se presentaron ante la embajada de España para aumentar la presión.

Firma en la embajada

Es en este punto cuando se produce la firma del documento que Delcy y Jorge Rodríguez entregan a González en la residencia del embajador español, Ramón Santos. Distintas fuentes sitúan en esta maniobra a dos personas más: el exdiputado Eudoro González Dellán, viejo conocido de Edmundo González y buen amigo de José Luis Rodríguez Zapatero, que es la segunda persona sobre cuyo papel se está especulando mucho y sobre el que el propio expresidente español guarda un riguroso silencio.

Según desvelan estas fuentes a ABC, Eudoro González tiene «grandes vínculos de negocios con el chavismo desde sus inicios y vive en Madrid, donde también tiene negocios», y le acusan de haber actuado como un «doble agente» entre el chavismo y el propio Edmundo. «Lo que le preocupa a la oposición en Caracas es la relación de Edmundo no sólo con Eudoro, sino con su hermano Leonardo, muy influyente en la financiación del chavismo en los últimos 25 años».

Fuentes bien informadas revelan a ABC que el 6 de septiembre el régimen de Maduro mantuvo un asedio sistemático contra la embajada de Argentina en Caracas, donde están protegidos desde hace semanas varios de los más cercanos colaboradores de María Corina Machado. «Ese episodio, aunado al temor de la captura, fue otro de los elementos usados por el chavismo para presionar a Edmundo González y empujarlo a la decisión del exilio», asegura Alejandro Hernández, periodista afincado en Venezuela que ha publicado importantes detalles de toda esta operación. También apunta que Edmundo le dijo a su abogado en la noche de ese viernes que sentía que eran «capaces de todo» y que lo podían buscar en la embajada española. El miedo a acabar en la cárcel venezolana a su edad (75 años) y con una salud delicada le llevó al convencimiento de que no podría resistir en prisión.

Es conocido que el avión que trasladó a Edmundo González partió de Maiquetía el sábado 7 de septiembre a las 22.00 horas. También viajaban su esposa y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores del Gobierno de España, Diego Martínez. Hasta la puerta del avión le acompañó el embajador Santos. Algunas fuentes sitúan en ese vuelo también a Eudoro González Dellán, si bien ABC se ha puesto en contacto con él y tal extremo no ha sido confirmado.

«El proceso que llevó a la salida de Edmundo de Venezuela en todos sus detalles se dará a conocer en su momento. Nadie hoy tiene los detalles precisos de la complejidad que hubo por detrás, que trasciende a actores locales», ha asegurado Machado en una comparecencia pública. El ministerio español de Asuntos Exteriores sigue sosteniendo que se limitaron a realizar acciones burocráticas para tramitar la salida del propio Edmundo. Lo que nadie aclara es el papel exacto que jugaron Zapatero y Eudoro González y cuál es el motivo por el que se facilitó en suelo español la salida del opositor con destino a Madrid, un decisión que el chavismo entendió desde el primer momento como una victoria: Maduro tampoco quiere un mártir fallecido en una prisión venezolana.

Con información de ABC DE ESPAÑA

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