El Gobierno departamental de Puno, región ubicada a más de 1.200 kilómetros al sur de Lima y fronteriza con Bolivia, decretó 3 días de duelo en toda su jurisdicción por las 17 muertes registradas durante las violentas protestas que se reportaron este lunes en la ciudad de Juliaca.
El decreto, que fue publicado con la firma del gobernador Richard Hancco Soncco, dispuso el duelo regional desde este martes y hasta el próximo jueves «en razón a los trágicos sucesos ocurridos en la provincia de San Román», donde se encuentra Juliaca, para «aunarse al dolor de las familias dolientes y solidarizándonos con la población afectada».
En ese sentido, el decreto dispuso que en todas las entidades públicas de la región icen la bandera nacional a media asta «en señal de duelo y solidaridad, durante el periodo de duelo regional».
El Ejecutivo regional señaló que tomó la decisión en cumplimiento de las leyes que establecen que estas instancias tienen autonomía política y administrativa en los asuntos de su competencia».
Invocó, además, a la Fiscalía a que comience «las investigaciones contra los responsables de estos deplorables hechos que enlutan a la región Puno» y rechazó «cualquier acto de violencia y el uso exagerado de la fuerza pública por parte de la Policía Nacional del Perú y las Fuerzas Armadas del Perú, en la ciudad de Juliaca».
Al menos 17 manifestantes murieron este lunes en Juliaca en las protestas, la mayoría alrededor del aeropuerto de la localidad, además de un bebé que debía ser trasladado a un centro médico y no pudo llegar por los bloqueos, lo que eleva a 46 la cifra de decesos desde el pasado 11 de diciembre en todo el país.
Los manifestantes exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, la convocatoria de una asamblea constituyente y el adelanto de elecciones generales a 2023.
Según el Gobierno peruano, cerca de 9.000 personas se dirigieron a los alrededores del aeropuerto de Juliaca, y unos 2.000 de ellos «empezaron un ataque sin cuartel» contra la Policía y las instalaciones.
El primer ministro, Alberto Otárola, denunció que hay en marcha un «ataque organizado hacia el estado de derecho y a las instituciones» y un «golpe de Estado», del que ha responsabilizado a los manifestantes.
En una declaración sin preguntas, Otárola afirmó que los enfrentamientos en Juliaca fueron «un ataque organizado, sistemático de vandalismo y de organizaciones violentas hacia el estado de derecho y las instituciones» de la sureña región de Puno.
El primer ministro también anunció que el Gobierno anunciará en las próximas horas mayores medidas de seguridad en la región y que una delegación de alto nivel del Ejecutivo viajará este martes a Puno para buscar establecer un diálogo con los manifestantes. EFE
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