El Gobierno francés presentará mañana su proyecto de presupuesto para 2025, que combina recortes de gasto y subidas de impuestos para recortar el déficit público, entre la vigilancia de la oposición de izquierda y de extrema derecha.
El Ejecutivo del primer ministro Michel Barnier avanzó que su objetivo principal se resume en contener el desbocado déficit público, para que termine en 2025 en el 5 %, desde el 6,1 % con que se prevé que cierre 2024 y el 5,5 % de 2023.
Esto se lograría sobre todo a través de un esfuerzo de unos 60.000 millones de euros (con un recorte del gasto de unos 40.000 millones y una subida de impuestos en el entorno de los 20.000 millones).
En un país con una de las mayores presiones fiscales de Europa, el aumento de impuestos será a las familias que ingresen más de 500.000 euros anuales, un 0,3 % del total.
También están en el punto de mira las empresas con más de 1.000 millones de euros de beneficios anuales. En ambos casos, se les pedirá un esfuerzo «excepcional», según avanzó la pasada semana el ministro de Hacienda, Laurent Saint Martin.
Otra medida que puede recibir muchas críticas es que la mayoría de las pensiones de jubilación se revalorizarían con seis meses de retraso, el 1 de julio en lugar del 1 de enero.
Con información de EFE
Síguenos en Telegram, Instagram y X para recibir en directo todas nuestras actualizaciones