La ingesta de hidratos de carbono eleva el nivel de glucosa en sangre en cualquier persona, es algo normal. Sin embargo, cuando la producción de insulina no es la correcta, este nivel alto se mantiene y esto sí que supone un problema.
Nuestro cuerpo utiliza la glucosa para producir energía. Este tipo de azúcar circula por el torrente sanguíneo hasta llegar a los tejidos y células, y su nivel fluctúa a lo largo del día en función de diferentes variables, como la alimentación y el ejercicio físico. Cuando el nivel de azúcar en sangre se eleva demasiado se conoce como hiperglucemia.
Los picos de azúcar son un aumento pronunciado del valor de la glucosa en sangre después de una comida y se producen principalmente por dos motivos, “la falta de insulina y la ingesta de alimentos con alto contenido en hidratos de carbono de rápida absorción”, detalla Carmen Yoldi Vergara, del grupo de Educación Terapéutica y vocal de la Sociedad Española de Diabetes y Enfermera de Práctica Avanzada en la Unidad de Diabetes del Servicio Endocrinología del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona).
Sergio Gallego Rodríguez, endocrinólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explica el proceso: “Cuando los hidratos de carbono llegan al intestino entran por la circulación hasta el hígado y de allí van a la sangre periférica.Cuando llegan al páncreas se libera una cantidad proporcional de insulina que vuelve a su sitio a los niveles de glucosa”.
Este proceso, subraya el endocrinólogo, “no tiene consecuencias en un paciente sin diabetes”. Sin embargo, en los pacientes con diabetes este proceso no se lleva a cabo adecuadamente por varias razones: “En algunos casos su insulina no es lo suficientemente efectiva o tiene una producción de insulina escasa, lo que mantiene niveles elevados de glucosa en sangre de forma continua”.
Con información de Xarxa Pacients
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