Las lesiones en la mucosa bucal pueden deberse a distintas causas y afectar tanto a grandes como a chicos. En este artículo te contamos sobre la gingivoestomatitis en niños; un trastorno que ocasiona muchas molestias en la boca de los más pequeños.
Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
Se trata de una afección bastante común en la infancia, como resultado de una infección viral o bacteriana. La más habitual es la que ocasiona el virus del herpes simple.
Las lesiones bucales y el malestar caracterizan el cuadro que suele ser motivo de preocupación para los padres. Pues además de la incomodidad, los pequeños babean en exceso, tienen fiebre y se niegan a comer y a beber.
¿Qué es la gingivoestomatitis en los niños?
La gingivoestomatitis en los niños es un cuadro que se caracteriza por la aparición de múltiples lesiones dolorosas y molestas en la mucosa oral. La mayoría de las veces se produce cuando el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) infecta por primera vez la boca de los pequeños.
Pero este cuadro de mucosas inflamadas y llagas también puede ocasionarse por otras infecciones. El virus coxsackie y las bacterias Streptococcus y Actinomyces pueden ser responsables, aunque con menor frecuencia.
La gingivoestomatitis es una enfermedad que ocurre en bebés y niños, en general antes de los 6 años. El agente causal llega a la boca a través de la saliva.
Y en una etapa en la que el niño todo se lo lleva a la boca; los juguetes, los vasos, los chupetes, los biberones o cualquier objeto contaminado pueden ser la vía de transmisión.
La manera en que se desarrolla y manifiesta depende de muchos factores:
- Higiene oral deficiente.
- Diminución de las defensas.
- Costumbre de besar al niño en la boca.
- Déficit nutricional, sobre todo de vitaminas C y B.
- Hábito de llevarse a la boca objetos o las manos sin lavar.
En el caso de la gingivoestomatitis herpética, una vez superado el cuadro, el virus suele permanecer almacenado en el cuerpo del niño y se mantiene en estado latente. Cuando se presentan situaciones que favorecen su reactivación puede volver a provocar manifestaciones, aunque más leves que la primera vez.
La disminución de las defensas, las situaciones de estrés, la exposición al sol o al frío, los traumatismos y otros estados de inmunosupresión predisponen la reactivación del virus. Las lesiones suelen aparecer en los labios o dentro de la boca y generan una sensación de picor característico antes de visualizarse. Tienen el aspecto de un ramillete de pequeñas vesículas.
Síntomas de la gingivoestomatitis en los niños
La gingivoestomatitis en los niños se manifiesta con inflamación y múltiples ulceraciones dolorosas dentro de la boca. Se localizan en las encías, las mejillas, sobre la lengua, el paladar y la cara interna de los labios. Aunque también pueden afectar a la mucosa de la garganta.
Cuando el proceso comienza, las lesiones se ven como pequeñas ampollas rojas con contenido líquido. Al romperse, dan lugar a ulceraciones de gran tamaño cubiertas por una membrana grisácea o amarillenta y rodeadas de un halo rojo inflamado.
Estas úlceras son muy dolorosas. Es lo que genera la incomodidad e irritabilidad del niño en todo momento.
Además, los pacientes con gingivoestomatitis pueden presentar los siguientes síntomas asociados:
- Mal aliento.
- Dolor de cabeza.
- Exceso de babeo.
- Cansancio y malestar general.
- Dolor de garganta al tragar.
- Fiebre mayor a 38 °C persistente.
- Falta de apetito o rechazo a las comidas y bebidas.
- Ganglios cervicales aumentados de tamaño y dolorosos.
- Encías rojas, inflamadas, hinchadas, que sangran con facilidad.
¿Cómo se diagnostica?
En general, para arribar al diagnóstico de gingivoestomatitis en los niños, el examen clínico de la boca suele ser suficiente. Las características de las lesiones y la asociación de otros síntomas orientan al profesional.
De todos modos, si el médico lo cree pertinente o considera que el proceso no está claro, se pueden realizar algunas pruebas. Tomar una muestra de la lesión y pedir un cultivo es una manera de determinar el agente que está originando el proceso. Así se podrá detectar si se trata de una bacteria, como una faringitis estreptocócica, o algo viral.
El médico también puede realizar una biopsia, extrayendo una porción de mucosa de la lesión. Esto no es lo más común y suele utilizarse en casos dudosos para descartar otros tipos de úlceras bucales.
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