El Gobierno de Georgia calificó hoy de «inaceptable» y de «ilegítimo» un eventual referéndum en la región separatista georgiana de Osetia del Sur sobre su integración en Rusia.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
«Cualquier referéndum es inaceptable para Georgia cuando el territorio está ocupado (por Rusia) y miles de georgianos han sido expulsados como resultado de la limpieza étnica y no pueden regresar a casa», señaló el ministro georgiano de Exteriores, David Zalkaliani.
En una comparecencia ante la prensa junto a su homólogo danés, Jeppe Kofod, el jefe de la diplomacia georgiana recalcó además que un referéndum en Osetia del Sur «no tendrá fuerza legal bajo ocupación» rusa.
Según él, los planes de Osetia del Sur de celebrar un referéndum sobre su integración a Rusia después de las elecciones presidenciales el territorio separatista, que tendrán lugar el 10 de abril, son «provocadores».
«No permitiremos que se involucre a Georgia en una nueva provocación. Estamos comprometidos con una política pacífica. Queremos que nuestros conciudadanos allí en los territorios ocupados disfruten de los beneficios de la futura membresía de Georgia en la Unión Europea (UE)», dijo Zalkaliani
El ministro de Exteriores destacó además que «Georgia no tiene la intención de usar la fuerza para restaurar su integridad territorial, y este es su deber legal, apoyado por la comunidad mundial».
La república separatista Sur anunció este miércoles que «en breve» dará pasos para integrarse con Rusia, que reconoció su independencia en 2008 tras una cruenta guerra con Georgia.
«Creo que unirse con Rusia es nuestro objetivo estratégico. Nuestro camino. El anhelo de nuestro pueblo», dijo el líder suroseta, Anatoli Bibílov, en una declaración difundida por el servicio de prensa del partido oficialista ruso, Rusia Unida.
Rusia reconoció la independencia de las regiones georgianas de Abjasia y Osetia del Sur el 26 de agosto de 2008, dos semanas después de que se firmara el acuerdo para poner fin al breve, pero cruento conflicto en Osetia del Sur, que terminó con una rotunda derrota de Georgia.
El reconocimiento fue secundado también por Venezuela, Nicaragua, Nauru y Siria, pero condenado mayoritariamente por la comunidad internacional.