Los cancilleres de los países del G20 concluyeron su reunión en Río de Janeiro con un pedido a Israel para que suspenda su decisión de atacar la ciudad de Rafa, al sur de la Franja de Gaza, y un alegato en favor la reforma de la gobernanza global.
“Muchos países se posicionaron contrariamente a la anunciada operación de Israel en Rafa, pidiendo que el Gobierno de Israel reconsidere y suspenda inmediatamente esta decisión”, declaró el canciller brasileño, Mauro Vieira, anfitrión del encuentro.
El Gobierno de Israel intensificó este jueves sus bombardeos sobre esa ciudad fronteriza con Egipto, donde se calcula que alrededor de 1,5 millones de palestinos provenientes de toda la Franja de Gaza han buscado refugio.
La ofensiva se registra luego de que el ministro del Gabinete de guerra del país hebreo, Benny Gantz, amenazara con enviar tropas a la ciudad, a menos que los rehenes retenidos por el movimiento palestino Hamás sean liberados antes del inicio del Ramadán, que comienza el 10 de marzo.
Acceso de la ayuda humanitaria
Según Vieira, cuyo país ostenta la presidencia temporal del G20, “un gran número de países” expresaron su preocupación por la desmedida ofensiva militar sobre Gaza, con decenas de miles de muertos, tras los ataques de Hamás a Israel, y destacaron “el riesgo de que el conflicto se extienda a otros países”.
También varias naciones pidieron la liberación de los rehenes en manos de Hamás y que la ayuda humanitaria pueda llegar a Palestina, y hubo una “virtual unanimidad” en apoyar la solución de los dos Estados “como la única posible para terminar con el conflicto”.
El encuentro tuvo de trasfondo la crisis diplomática entre Brasil e Israel después de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva comparara los ataques sobre Gaza con el Holocausto.
Otros puntos controversiales
Para Brasil es un tema “urgente” reformar organismos multilaterales, dijo Vieira.
“Todos estuvieron de acuerdo en que las principales organizaciones multilaterales, la ONU, la OMC, el Banco Mundial, el FMI (…) necesitan reformarse para adaptarse a los desafíos del mundo actual”, declaró.
También explicó que hubo un consenso en que el Consejo de Seguridad de la ONU incluya “a nuevos miembros permanentes y no permanentes sobre todo de América Latina y de África” y que los organismos financieros multilaterales, como el FMI, faciliten “acceso a la financiación a los países más pobres”.
Vieira anunció también que, por primera vez, la presidencia de turno organizará una segunda reunión de cancilleres, en septiembre, que se celebrará al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, abierta a todos sus miembros, “para promover un llamado en favor de la reforma de la gobernanza global”.
En su comparecencia, Lavrov dijo que el Consejo de Seguridad debe reformarse abordando la principal injusticia: la falta de representación de los países en desarrollo.
El canciller ruso subrayó que, actualmente, de los 15 miembros del organismo, seis son aliados de EE.UU. y prácticamente todos apoyan la postura de Washington.
Por lo tanto, dijo Lavrov, cuando se decida en la práctica la cuestión de la ampliación del Consejo de Seguridad, Moscú apoyará “exclusivamente” a los representantes de Asia, África y América Latina.
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