El dolor y la inflamación en las piernas es un síntoma común de muchas enfermedades, algunas de las cuales podrían ser graves. Partiendo de esa base, es importante preguntarnos qué es la flebitis o tromboflebitis y cómo diferenciarla de las otras patologías. Detectarla a tiempo es esencial para evitar que el cuadro se vuelva más severo y las consecuencias de no actuar, irreversibles.
En principio, la flebitis o tromboflebitis es una hinchazón por la cual se forman coágulos de sangre en las venas de las piernas. Aunque este trastorno puede afectar otras zonas del cuerpo, mayormente aparece en los conductos sanguíneos del tren inferior.
La hinchazón en las piernas que debes tener en cuenta
Casi siempre, la flebitis superficial es provocada por un traumatismo leve o moderado que afecta a alguna de las venas. Suelen desaparecer al cabo de unos días, por lo que en ese caso no es un problema al que haya que prestarle demasiada atención.
Sin embargo, las cosas pueden ponerse difíciles si se trata de una trombosis venosa profunda. Cuando se da este fenómeno, lamentablemente el coágulo se desprende y desplaza a través del torrente sanguíneo pudiendo instalarse en los pulmones. Numerosos son los pacientes que acaban sufriendo una embolia pulmonar u obstrucción debido a ello.
Señales de la flebitis
Hay ciertos indicios o pistas que podrían alertar sobre ello, entre ellos, el dolor y la inflamación en cualquier parte de la pierna. La piel enrojecida y la picazón constante tampoco deberían pasar desapercibidas. Y si estos dos se combinan con algo de fiebre, entonces puedes estar seguro de que padeces flebitis. Ante la mínima sospecha consulta a un profesional de la salud.
El doctor realizará una serie de exámenes físicos, acompañados de exámenes de orina. E incluso podría pedirte una ecografía.
Cómo se trata
De confirmarse la flebitis, el tratamiento consiste en un conjunto de medidas que la propia persona puede llevar a cabo en su casa. Tales como hacer compresiones, elevar la pierna afectada y consumir los medicamentos que hayan sido prescritos por el médico.
Si la enfermedad está más avanzada, el sujeto deberá llevar adelante terapias con compresiones más intensas y hasta podría necesitar de la ligadura y extracción de la vena donde está el coágulo por medio de una incisión. Es una intervención simple, prácticamente sin riesgos, y que reduce de forma notable las probabilidades de que el paciente experimente la obstrucción.
Con información de OKDiario
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