Es una de las imágenes del día y llevaba años sin producirse: los reyes Felipe VI y Letizia, Don Juan Carlos y Doña Sofía, sentados juntos en el funeral de Isabel II, que se ha celebrado este lunes en la Abadía de Westminster (Londres). Y es que no hay fotografías de padre e hijo juntos desde enero de 2020, unos meses antes de que el rey emérito marchara a Abu Dabi a raíz de las informaciones sobre sus finanzas. Eso sí, han entrado por separado y la Casa Real ha dejado claro en todo momento que la ubicación del rey emérito ha sido decisión de la Casa Real británica. Y es que el archivo el pasado mes de marzo de las investigaciones en España relativas a Don Juan Carlos no ha cambiado la distancia que marcó Felipe VI con su padre hace años, mientras que el emérito tiene en Londres todavía una causa pendiente por el presunto acoso a Corinna Larsen. 

Pese a la cercanía durante el oficio religioso, Felipe VI no ha estado sentado junto a su padre sino junto a su esposa, Doña Letizia, que se ha ubicado entre ambos. Y a la derecha de Juan Carlos I se ha situado la reina Sofía, a cuyo lado se encontraban la reina Sonia de Noruega y el rey Harald. Los cuatro monarcas españoles han estado ubicados al principio, cercanos al féretro de Isabel II. 

Es la segunda vez que padre e hijo coinciden en menos de 24 horas, ya que los cuatro acudieron este domingo a una recepción del rey Carlos III en el Palacio de Buckingham previa al funeral de este lunes. Se les vio entrar a la misma, pero por separado en parejas: el jefe de Estado y Doña Letizia por un lado, y el rey emérito y Doña Sofía por el otro. No hubo, en cualquier caso, ninguna imagen de ellos juntos en el interior del palacio, donde no hubo cámaras presentes. La última fotografía de ambos juntos se produjo en enero de 2020, durante el funeral de la infanta Pilar.

Tampoco hubo fotografía de los dos reyes en la reunión familiar en el Palacio de La Zarzuela del pasado 23 de mayo en el que fue el primer viaje del emérito a España desde su marcha a Abu Dabi en agosto de 2020. Aquel encuentro de once horas (la primera vez que padre e hijo coincidían) concluyó una visita exprés del monarca, que previamente a la Zarzuela había asistido a una regata en Sanxenxo (Pontevedra) entre máxima expectación. Se fue, sin embargo, sin dar explicaciones sobre sus finanzas, algo que el Gobierno consideró una «oportunidad perdida».

Zarzuela y el Gobierno marcan distancias con el rey emérito

En todo momento, tanto Zarzuela como el Gobierno han subrayado que la asistencia del rey emérito tiene un carácter privado, puesto que ha viajado por su cuenta directamente desde Arabia Saudí a Londres y se ha alojado en el mismo hotel que la reina Sofía, mientras que Felipe VI y Doña Letizia lo han hecho en la residencia oficial del embajador de España en Londres. 

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que representa al Gobierno en la delegación española, ha recalcado este lunes ante los medios de comunicación que “los papeles (de representación de España) están claramente definidos» en el funeral de Isabel II y que «el jefe del Estado está claro que es Felipe VI». «La imagen verdadera y cierta» de la representación de España son Felipe VI y la reina Letizia, ha zanjado igualmente el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha calificado de “anecdótica” la coincidencia del rey emérito con su hijo en Londres y ha pedido “no perder el foco” ante toda la expectación alrededor de la presencia de Don Juan Carlos.

Felipe VI lleva años desligándose de la figura de su padre. En marzo de 2020, le retiró la asignación pública y renunció a su herencia después de conocerse que el actual jefe de Estado aparecía como beneficiario de dos fundaciones vinculadas a Don Juan Carlos llamadas ‘Zagatka’ y ‘Lucum’, que han sido objeto de investigación.

Desde 2020, Don Juan Carlos se ha mantenido alejado de la esfera pública. Su regreso a España el pasado mes de mayo se produjo después de que la Fiscalía del Tribunal Supremo archivara las tres investigaciones relativas a sus finanzas. El Ministerio Público sí apreció indicios de delito, pero cerró las diligencias ante la prescripción de algunos y la inviolabilidad del monarca cuando se produjeron otros, además de que otros relativos a fraude fiscal fueron solventados con las dos regularizaciones fiscales que hizo Juan Carlos I ante Hacienda por bienes no declarados.

Mientras, el rey emérito mantiene una causa abierta por un juez de Londres por presunto acoso a la empresaria alemana Corinna Larsen. El magistrado tiene todavía que decidir si envía o no a juicio a Don Juan Carlos.

Felipe VI acude al funeral privado en Windsor sin su padre

Por otra parte, Zarzuela ha informado de que Felipe VI no regresará inmediatamente a España, como tenía previsto, sino que acudirá al funeral privado en el Castillo de Windsor tras recibir la invitación de Carlos III, invitación dirigida a las casas reales existentes. El rey Juan Carlos también estaba invitado, pero «ha declinado la invitación», según Casa Real.

Doña Sofía asistirá igualmente con su hijo a la ceremonia religiosa privada, aunque Doña Letizia podría no acudir ya que tiene previsto volar a Nueva York en vuelo comercial para participar en una serie de compromisos con motivo de la Asamblea General de la ONU.

Se prevé que el féretro con los restos de Isabel II llegue a las 15.00 horas a las inmediaciones del castillo de Windsor, y una hora más tarde entre en la capilla de San Jorge, donde unos 800 invitados asistirán a una ceremonia religiosa oficiada por el deán de Windsor, David Coney.

Después, el ataúd de la monarca se trasladará a la cripta real de la capilla, donde a las 19.30 será enterrada en el mismo lugar donde yacen los restos de su esposo, el príncipe Felipe, que falleció el año pasado con 99 años. El entierro será una ceremonia privada a la que asistirán miembros de la familia real. La losa de mármol de su sepultura quedará grabada con las palabras: «Elizabeth II 1926-2022».