23 de noviembre de 2024 1:02 PM

Antonio Ledezma: Falcón llora por su Miranda

La Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda se ganó el distintivo de estandarte de la educación de excelencia en el estado Falcón, después de que Carlos Andrés Pérez diera el paso fundamental de crearla, el 25 de julio de 1977, durante su primer período presidencial. Paso a paso, esa nueva universidad se fue convirtiendo en una referencia dentro y fuera de Venezuela. Eran tan bien formados sus ingenieros y médicos, por ejemplo, que en los avisos que se publicaban en los medios de comunicación solicitando recursos humanos para empresas activas en el país, al pie de página se colocaba la coletilla “Preferiblemente se aceptarían egresados de la Universidad Francisco de Miranda”. ¡Qué orgullo para los falconianos!

Pero eso no fue fortuito ni fruto de un milagro. Fue, sencillamente, el resultado de la pasión con que los ciudadanos de esa región asumieron el reto, demostrando que además de médanos, refinerías, chivos y un lugar privilegiado en la historia que protagonizó en La Vela de Coro, el precursor de la independencia de América, el generalísimo Francisco de Miranda, también contaban con la capacidad y determinación de un pueblo entusiasmado, para poner al servicio de esa ilusión, todo el esfuerzo creador, la determinación y dedicación de los docentes, estudiantes y trabajadores en general.

Desde los inicios de la UNEFM los municipios de Falcón se colmaron de una muchachada animada que provenía de todos los rincones del país, y fue entonces cuando se transforma, poco a poco, en una universidad de avanzada y de prestigio, reconocida nacional e internacionalmente, alcanzando plena madurez institucional a fines de los años 90, cuando su matrícula estudiantil rondaba los 30.000 alumnos, gracias a la atractiva oferta Académica ofrecida en carreras como: Medicina, Electromedicina, Gerontología, Medicina Veterinaria, Agronomía, Ingeniería Industrial, Mecánica, Civil, Química y Pesquera; Licenciaturas en Educación (Idiomas, Deportes). Y como un botón de muestra citamos el nombre de Enrique López Loyo, quien es el primer egresado de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda en llegar a la Academia Nacional de Medicina. Pero antes fue presidente de la Red de Sociedades Científicas de Venezuela, la cual agrupa a más de 40 organizaciones médicas, desde donde inició gestiones para enlazar la filosofía, la historia y la evolución de la sociedad médica en el país, con el fin de actualizarla y darle prestancia internacional.

¿Qué pasa ahora? En el año 2000 el gobierno chavista interviene a la UNEFM y a la fecha, a más de veintiún (21) años de haber sido intervenida, nos encontramos con una universidad devaluada, desprestigiada, saqueada, completamente destruida y con posibilidades ciertas de desaparecer.

La UNEFM tiene varios Complejos Académicos esparcidos a lo largo y ancho del estado Falcón. Comencemos a detallar  la desagradable situación en la que se encuentra el Complejo Académico los Perozos, en donde se dicta Ingeniería Civil y Educación, sin profundizar mucho en la parte estructural: se puede observar  que la planta física ha sido deteriorada, los baños no funcionan por no tener pocetas ni lavamanos, el comedor ya no existe como tal, las bombas de agua desaparecieron, se llevaron los aires acondicionados, las partes eléctricas fueron extraídas y todos los laboratorios saqueados, además, se pillaron todas las computadoras y desmantelaron todos los vehículos. Y es así como en este complejo la desolación da tristeza, no hay alumnos y los profesores casi extinguidos, unos porque se fueron y otros porque no tienen a quienes impartirles clases, el personal administrativo y obreros están en las mismas circunstancias, y los pocos que se atreven a pernoctar en determinados momentos, corren el riesgo de ser atracados y hasta violados.

Veamos ahora la tragedia que caracteriza, hoy, al Complejo Docente El Sabino, situado en Punto Fijo, en donde se ofrecen las carreras de Ingeniería Industrial, Mecánica, Química y Pesquera: podemos hablar de la planta física abandonada y destruida, laboratorios y talleres saqueados que han sido convertidos en guaridas de malandros y alojamiento para encuentros sexuales, aprovechándose de la desolación sepulcral que reina en lo que fue este importante complejo docente, donde la presencia de  alumnos, profesores, empleados y obreros se ha reducido a su mínima expresión.

La situación del Complejo Docente El Hatillo ubicado en la intercomunal Coro-La Vela, en donde se dictan los Programas de Medicina Veterinaria y Agronomía es deplorable, ya que todo ha sido desmantelado y con laboratorios saqueados e instalaciones en completo abandono, los equipos Agrícolas, Tractores y Vehículos han sido convertidos en chatarra.

Con respecto al Área de Ciencias de la Salud, a pesar de ser la primera con la cual se inició la Universidad en lo Académico y Administrativo, tampoco es la excepción de la grave tragedia en la que se encuentran las demás áreas docentes y no docentes, tenemos que esa zona está sumida en un abandono indolente, instalaciones destruidas y saqueadas. Con respecto a la planta física, nos encontramos que la vieja edificación denominada edificio Santa Ana, fue clausurada y se encuentra en pleno derrumbe. Igualmente, adentro de estas instalaciones, en su parte trasera, está el sector Los Borregales muy deteriorado, sin ningún tipo de mantenimiento y el denominado Cubo Azul, anexo al hospital general de Coro, en donde se dictan clases teóricas y de laboratorio, está en condiciones paupérrimas. El área Ciencias de la Salud tiene su sede en la Ciudad de Coro, allí se imparten los Programas Académicos de Medicina, Gerontología y Electromedicina.

Podemos resumir que es muy lamentable la realidad académica, en estas sedes desapareció el comedor estudiantil, los laboratorios no funcionan por falta de Profesores, implementos y reactivos, por lo tanto no hay prácticas en ninguna de las asignaturas básicas. El parque automotor está convertido en chatarra, no hay internet y los aires acondicionados se fueron a otros destinos y la parte para la investigación quedó eliminada.

En ese sentido se puede afirmar que la gran realidad es que la Institución Universitaria hoy se encuentra destruida y saqueada, sin la presencia de aquellos verdaderos y auténticos catedráticos quienes se dedicaban con pasión a la delicada tarea de la docencia, la investigación y la extensión, hoy muchos están jubilados, otros han tenido que emigrar debido a la miserable desgracia que sufre el pueblo venezolano y de lo que el profesor universitario no escapa a esta triste realidad, y los pocos que puedan quedar están dedicados a otros quehaceres en busca de su sobrevivencia y la de su familia. Destruyeron el fondo de mutualidad y el fondo de jubilación, entre otros beneficios.

Es necesario señalar que impartir docencia dentro de una planta física inhabitable, sin baños, sin asientos o pupitres, sin agua, sin electricidad, sin aires acondicionados, laboratorios saqueados y sin los equipos, sin internet y sin transporte, es algo inconcebible. Por lo tanto, la tragedia a la que condujeron las autoridades interventoras a la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, la que fue orgullo de los falconianos, de sus egresados, profesores, empleados y obreros, no tiene perdón de Dios.

Quiero dar mi testimonio de agradecimiento a los profesores Usban Medina y Víctor León Montilla por la gentileza de ayudarme a realizar parte de este inventario. Finalmente, estimo una obligación moral recordar los nombres de ilustres ciudadanos que capitanearon esta universidad: los rectores Tulio Arends, Pedro Borregales, Abrahán Hernández Prado, Roberto Grand y Oscar Abreu. Por su memoria y por su legado, todo Falcón renueva su compromiso de persistir en la lucha por la libertad de Venezuela.

El Nacional

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