El expresidente de Bolivia, Evo Morales, dejó este viernes Argentina, donde vive desde hace casi un año, con destino a Venezuela. Confirmaron a la Agenecia Efe fuentes del Gobierno de Alberto Fernández, que no especificaron por cuánto tiempo se ausentará del país.
Partió desde el Aeropuerto Internacional de la localidad bonaerense de Ezeiza rumbo a Caracas.
El lunes de esta semana, Morales dijo en una rueda de prensa que “tarde o temprano” volverá a Bolivia y reiteró que los procesos judiciales que pesan sobre él en su país son “parte de una guerra sucia”.
“Es cuestión de tiempo. Mi gran deseo es volver a Bolivia”, expresó el exmandatario, que si vuelve a su país deberá presentarse ante la Justicia porque se le acusa de supuesto genocidio, terrorismo, sedición, fraude electoral y estupro, entre otros casos. Muchos de ellos iniciados por el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez, considerado por Morales como una dictadura.
El político izquierdista insistió en que cuando se dé ese eventual regreso a su país, que abandonó en noviembre de 2019 tras dejar la Presidencia denunciando un golpe de Estado, su intención es asentarse en su región, la zona del Trópico de Cochabamba, y ser agricultor.
Y en otra comparecencia, este jueves, pidió la renuncia de Luis Almagro como secretario general de la Organización de los Estados Americanos, a quien llevará a la Corte Penal Internacional por el informe en el que el organismo denunció irregularidades en las elecciones de Bolivia del pasado año.
Morales asegura que el holgado triunfo del MAS en las elecciones del domingo pasado demuestran que en las del año pasado no hubo fraude.
Bolivia cerró hoy su largo proceso electoral con la proclama del triunfo del MAS, un resultado reconocido por su principal contendiente, Carlos Mesa, y la comunidad internacional.