Una dieta equilibrada y rica en frutas y hortalizas ayuda a reducir el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades, como hipertensión, deterioro cognitivo, e incluso Covid-19. Algunas verduras son especialmente beneficiosas, y ahora un nuevo estudio del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas A&M (Texas A&M Health) ha encontrado que el consumo habitual de espinacas puede ayudar a prevenir el cáncer de colon, el tercer tipo de cáncer más común a nivel mundial.
Por: El Espectador de Caracas con información de WebConsultas
Estudios previos ya habían mostrado que comer vegetales de hoja verde y fibra disminuye a la mitad el riesgo de sufrir cáncer de colon. Los autores de la nueva investigación, que se ha publicado en Gut Microbes, usaron un modelo de poliposis adenomatosa familiar, una patología hereditaria que provoca la aparición de numerosos pólipos (no cancerosos) en el colon.
Los resultados de los experimentos muestran que el consumo de espinacas podría ayudar a prevenir el cáncer en estos pacientes porque retrasaría la necesidad de extirparles el colon y de someterles a un tratamiento médico prolongado. Además, según los autores, es probable que los hallazgos también se puedan extrapolar a las personas que no padezcan esta enfermedad hereditaria que predispone al desarrollo de cáncer.
Cómo influye la alimentación en el desarrollo de cáncer
Solo el 10-15% de todos los casos de cáncer de colon se relacionan con una predisposición hereditaria, por lo que hay otras causas y factores de riesgo para desarrollar estos tumores, que en muchos casos se podrían modificar, como el tipo de dieta, el estilo de vida, o la exposición a sustancias carcinógenas a través de la alimentación o el medio ambiente, que alteran de forma significativa la expresión de los genes en el tracto gastrointestinal.
La dieta de espinacas provocó un aumento beneficioso en los niveles de ácidos grasos que se relacionan con la regulación de la inflamación
En el nuevo estudio, los investigadores tuvieron en cuenta el microbioma (los microorganismos beneficiosos y perjudiciales en el intestino), el transcriptoma (expresión génica) y el metaboloma (metabolitos, como aminoácidos y ácidos grasos). Alimentaron con espinacas a un modelo animal con poliposis adenomatosa familiar durante 26 semanas, y comprobaron que la dieta tuvo efectos positivos de tipo preventivo, ya que se produjo una significativa actividad antitumoral en el colon y en el intestino delgado.
Con la dieta de espinacas se observó un aumento beneficioso en los niveles de ácidos grasos que se relacionan con la regulación de la inflamación, llamados metabolitos de linoleato. Los investigadores incluso han destacado que desempeña un papel más importante en ello que la clorofila, que se consideraba que actuaba como anticancerígeno.
Estos expertos sugieren que incluir espinacas en la dieta podría ayudar a prevenir muchos casos de cáncer de colon independientemente de la predisposición a padecer la enfermedad, ya que experimentos previos realizados en el laboratorio de Roderick Dashwood, el investigador principal, revelaron beneficios similares. “Creemos que comer espinacas también puede proteger a las personas que no tienen poliposis adenomatosa familiar”, ha concluido el científico.