21 de noviembre de 2024 5:10 PM

¿Es el efecto despertador del primer café de la mañana un placebo?

El café es una de las bebidas más consumidas a nivel mundial y aunque muchos lo elijan por su sabor también es un recurso para mantenernos alerta o terminar de espabilarnos cuando nos levantamos de la cama. Sus efectos estimulantes se atribuyen a la cafeína, pero, curiosamente, un estudio acaba de revelar que la cafeína solo reproduce parcialmente los efectos de beber una taza de café y que  únicamente activa zonas del cerebro que nos hacen sentir más alerta, pero no las áreas cerebrales que afectan a la memoria del trabajo y el comportamiento dirigido a objetivos.

Los autores del trabajo son científicos de la Universidad de Minho (Portugal) y de la Universidad Jaume I (España) que estudiaron a bebedores de café para averiguar si la estimulación que nos produce depende de las propiedades de la cafeína, o es la experiencia de tomarse una taza de café la responsable de ese efecto ‘despertador’.

“Existe una expectativa común de que el café aumenta el estado de alerta y el funcionamiento psicomotor”, ha señalado el profesor Nuno Sousa de la Universidad de Minho, autor del estudio publicado en Frontiers in Behavioral Neuroscience y editor jefe de campo de la revista. “Cuando llegas a comprender mejor los mecanismos que subyacen a un fenómeno biológico, abres caminos para explorar los factores que pueden modularlo, e incluso los beneficios potenciales de ese mecanismo”.

El efecto psicológico asociado a tomarse una taza de café

Los investigadores seleccionaron a personas que bebían un mínimo de una taza de café al día y les pidieron que se abstuvieran de tomar alimentos o bebidas con cafeína durante al menos tres horas antes del estudio. Entrevistaron a los participantes para recopilar datos sociodemográficos y después realizaron dos breves resonancias magnéticas funcionales: una antes y, otra, 30 minutos después de ingerir cafeína o beber una taza de café estándar. Durante las pruebas de resonancia magnética funcional se pidió a los participantes que se relajaran y dejaran que sus mentes divagaran.

Debido a los efectos neuroquímicos conocidos del consumo de café, los científicos esperaban que las resonancias mostraran que las personas que bebían café tenían una mayor integración de redes vinculadas a la corteza prefrontal del cerebro, asociadas con la memoria ejecutiva y la red de modo predeterminado, que intervienen en procesos de introspección y autorreflexión. Encontraron que la conectividad de la red de modo predeterminado disminuyó tanto después de beber café, como después de tomar cafeína, lo que indica que consumir cafeína o café hizo que las personas estuvieran más preparadas para pasar del descanso al trabajo en las tareas.

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