25 de noviembre de 2024 7:57 AM

Griselda Reyes: Elecciones vs. sanciones

Dos aspectos importantes actualmente convergen en el horizonte de los venezolanos. Uno ya, con efectos inmediatos, y el otro configurándose con mayor claridad: El levantamiento de las sanciones económicas y el proceso electoral presidencial que, constitucionalmente, está previsto a realizarse antes del año 2025.

Ambos hechos son fundamentales para nuestra población, pues pasan necesariamente por la reactivación de la economía, del aparato productivo del país, lo que incluye a los sectores primarios de la producción, los cuales han seguido, en el caso de los agropecuarios, contribuyendo al suministro de alimentos y materia prima en la mayor parte de los 916.455 km/2 que conforman el territorio nacional.

Ambos temas inciden en una exigencia fundamental para quienes aspiran a liderar la gobernabilidad del país durante los próximos seis años desde el Ejecutivo Nacional: dar a conocer al venezolano sus propuestas de plan de gobierno, que no es otra cosa, que manifestar cómo desde la Presidencia de la República y de los ministerios, se materializaran los recursos en inversiones. Es mucho más que narrar gastos, a través de políticas públicas que satisfagan en un porcentaje significativo lo relativo a la calidad de vida de nuestros habitantes.

Nuestra realidad exige el levantamiento económico del país, en conjunción con lo político, lo social, lo cultural. Un salario digno bajo los parámetros del mandato constitucional que tiene el Estado de garantizar a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado, un salario mínimo vital ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica.

La calidad de vida exige la protección de las familias como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas. Que los padres y madres ejerzan sus roles maternales y paternales bajo la certeza de estar constituyendo una familia responsable y criando a unos niños que serán nuestros ciudadanos del futuro, conscientes de ser sujetos activos de su desarrollo.

Que nuestros adultos mayores encuentren al final de sus vidas la recompensa merecida por haber contribuido a mantener los principios y valores de ser venezolanos, con su trabajo diario y digno. Que la vivienda y la salud permitan que nuestros jóvenes y adultos accedan a hacer realidad sus sueños de construir sus casas bellas, según sus sueños. 2024 debe ser el principio de la materialización de la esperanza, esa que aún nos mantiene en pie, bajo la fe de ser y tener un mejor país.

Reactivar la economía, frenar su estrepitosa caída evitará que siga aumentando la migración que tantísimo daño y separación ha ocasionado en la familia venezolana. Lo hemos dicho reiteradamente, todo en este país pasa por la política, pero sin duda alguna la recomposición económica no puede esperar hasta enero de 2025.

Griselda Reyes
www.griseldareyes.com

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