Botsuana, una de las democracias más estables de África, celebra este miércoles unas de las elecciones generales más reñidas de su historia democrática, en las que el presidente, Mokgweetsi Masisi, busca la reelección.
Más de un millón de votantes registrados están llamados a ejercer su derecho democrático, de una población total de unos 2,5 millones que llegarán a la jornada electoral afectados por la desigualdad y el desempleo, a pesar de la riqueza que ha traído el sector del diamante al país en las últimas seis décadas.
Según la Comisión Electoral Independiente (IEC, por sus siglas en inglés), un total de 2.854 colegios electorales han sido establecidos para los comicios, si bien la diáspora ya votó en los centros abiertos en una veintena de países africanos y de todo el mundo el pasado 19 de octubre.
Los botsuanos podrán votar entre las 06.30 y las 19.00 hora local (04.30 y 17.00 GMT) para elegir a 61 miembros de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), quienes escogerán posteriormente al presidente.
La jornada electoral también incluye la elección de 609 concejales locales.
La Unión Africana (UA), la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC) y la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) han enviado misiones de observación electoral para supervisar la votación, algo que no ha hecho la Unión Europea (UE) en esta ocasión.
El recuento de los votos no tiene lugar en los mismos colegios electorales, sino que son primero trasladados al centro de recuento de cada circunscripción, un método que ha sido criticado porque abre la puerta a acusaciones de fraude electoral.
Una vez la IEC anuncie los resultados, los botsuanos sabrán qué partido tiene la mayoría parlamentaria necesaria para escoger a su nuevo presidente.
Cuatro candidatos
El presidente Masisi busca revalidar el cargo para un segundo mandato de cinco años al frente del Partido Democrático de Botsuana (BDP, en inglés), la formación que ha gobernado el país desde la independencia del Reino Unido en 1966.
El mandatario se enfrenta a otros tres candidatos, entre los cuales destaca como principal peligro para el oficialismo Duma Boko, de la Coalición por el Cambio Democrático (UDC), que reúne a diferentes partidos.
Compiten también el Partido del Congreso de Botsuana (BCP), con el candidato Dumelang Saleshando, y el Frente Patriótico de Botsuana (BPF), con el aspirante Mephato Reatile y en cuya fundación participó en 2019 el expresidente Ian Khama (2008-2018), antecesor de Masisi.
Según expertos, aunque Khama no se puede presentar de nuevo porque ya cumplió en 2018 el límite máximo establecido por la Constitución de diez años en el poder, el retorno al país el pasado septiembre del exmandatario, autoexiliado en Sudáfrica desde noviembre de 2021 y convertido en férreo rival de Masisi, puede ser un factor crucial para inclinar la balanza a favor de la oposición.
Diamantes y desempleo
Botsuana es el mayor exportador de diamantes a nivel global en cuanto al valor de las gemas y el segundo en volumen.
Esta lucrativa industria le ha permitido pasar de ser uno de los países más pobres del mundo tras la independencia a tener un producto interior bruto (PIB) per cápita de más de 19.000 dólares y ser considerado por el Banco Mundial (BM) como un país de ingresos medios altos.
Sin embargo, el desempleo no ha hecho más que empeorar en el país durante los últimos años, hasta situarse por encima del 25 %, mientras los botsuanos se enfrentan a uno de los índices de desigualdad más altos del mundo.
Además, la gran dependencia de los diamantes, cuyo mercado se ha ralentizado a nivel global, supone un riesgo para la economía botsuana, que Masisi ha intentando sortear durante los últimos años, con una diversificación incipiente hacia sectores como la agricultura o el turismo.
Con información de EFE
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