El papa Francisco pidió este domingo a los gobiernos de Armenia y Azerbaiyán respetar y mantener el cese de los enfrentamientos, siendo coherentes con el alto al fuego que entró el sábado en vigor en el enclave separatista de Nagorno Karabaj.
«Aprecio que entre Armenia y Azerbaiyán se haya acordado un alto el fuego por motivos humanitarios en vistas de que se alcance un acuerdo de paz. A pesar de que la tregua se demuestra muy frágil, animo a mantenerla y expreso mi dolor por la pérdida de vidas humanas», el daño en edificios «y lugares de culto», dijo el papa, momentos después del rezo del Ángelus dominical.
El alto el fuego se hizo realidad dos semanas después del estallido de unos combates que se han cobrado ya cientos de vidas civiles y militares.
El propósito es llevar a cabo negociaciones sustanciales para resolver el conflicto de manera pacífica, pero como ambas partes no están dispuestas a respetar el conflicto, parece difícil detener este esfuerzo.