Los tanques occidentales «arderán» si son entregados a Ucrania, afirmó este miércoles el Kremlin, ante la posibilidad de que Alemania y Estados Unidos autoricen el envío de carros de combate pesados a Kiev.
Berlín ha anunciado hoy mismo el envío de sus Leopard 2 a las fuerzas ucranianas y podría autorizar en breve los envíos de otros países. El Pentágono ha dicho, no obstante, que «por el momento» no tiene anuncios que hacer sobre la posible entrega de tanques Abrams.
Occidente «sobrestima el potencial que (los tanques) podrían darle al Ejército ucraniano», declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. «Esos tanques arderán, al igual que todos los demás. Son demasiado caros», enfatizó. Sin embargo, admitió que «la situación en su conjunto es realmente alarmante».
Peskov sostuvo que además, «teniendo en cuenta la línea elegida por la OTAN y el liderazgo de EE. UU., no hay perspectivas de ningún elemento de distensión». «Esto nos impone la obligación de estar especialmente atentos, alerta y tomar las medidas adecuadas», indicó Peskov.
Respuestas divergentes
En los últimos días, el Kremlin dio respuestas diversas a las intenciones de los aliados de Kiev de suministrar tanques Leopard. Esta semana, Peskov dijo que el eventual suministro de tanques alemanes a Ucrania dejaría una «marca indeleble» en el futuro de la relación entre Berlín y Moscú.
Previamente dijo que las armas occidentales entregadas a Ucrania sólo servirán para prolongar el conflicto y el sufrimiento de los civiles ucranianos. Hoy, el embajador ruso en Estados Unidos dijo que tal entrega sería «una burda provocación contra Rusia». «Justificarlo con argumentos de ‘armas defensivas’ ya no será posible», dijo.
El Reloj del Juicio Final se adelanta
El Reloj del Juicio Final, que visualiza la probabilidad de que la humanidad desaparezca, se encuentre ya a 90 segundos de la medianoche. Es la primera vez en tres años que el Boletín de los Científicos Atómicos, la organización que se encarga de gestionar el Reloj del Juicio Final desde su creación en 1947, decide cambiar la hora del reloj, después de colocarlo a 100 segundos de la medianoche en 2020, donde había permanecido hasta ahora.
«Nos gustaría muchísimo retrasar el reloj, pero tenemos que responder a lo que está sucediendo en el mundo», explicó la víspera a Efe el físico Daniel Holz, copresidente de la junta que cada año decide la posición de las manecillas. «Si uno se fija en lo que está sucediendo en Ucrania, los desastres climáticos… es muy difícil decir que las cosas están mejorando», añadió.
La situación actual es peor que la de 1953, cuando el reloj marcó dos segundos para la medianoche durante una de las etapas más tensas de la Guerra Fría, cuando tanto los soviéticos como los estadounidenses realizaron sus primeras pruebas con armas termonucleares.
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