Griselda Reyes: El Esequibo, punto de encuentro

Venezuela ha sido un país polarizado por décadas. Desde el ascenso del chavismo al poder, y luego con sus herederos del madurismo, nos han enfrentado como sociedad: Rojos y azules, sin medias tintas a pesar que ambos colores hacen el vinotinto, como nuestra selección nacional.

A propósito de estas rencillas, más allá de puntuales episodios deportivos como la felicidad que nos genera Yulimar Rojas, o los abanderados del mundial del béisbol, fútbol o baloncesto; en Venezuela no ha sido posible generar consensos que nos permita encontrarnos cómo los hermanos que somos.

Hoy tenemos frente a nosotros lo que podríamos considerar el primer gran punto de inflexión de esa crucial división nacional: La defensa del territorio Esequibo, una zona sobre la que no existe ninguna duda, es venezolano.

Ante al incremento de las tensiones por parte de Guyana sobre la ocupación del territorio en disputa, y la entrega en concesión a trasnacionales extranjeras de bloques petroleros que son de Venezuela; en sentido nacionalista, ha aflorado en todas las aceras.

No se trata de ser chavista o entreguista, como pretenden hacer unos pocos. Son horas en las que debemos tener claras que solo en la unión nacional encontraremos hacer frente al robo que pretenden perpetrar a la República.

Cuando me preguntan si votaré en el referéndum consultivo, previsto para el próximo 3 de diciembre, mi respuesta es un rotundo SÍ. Y no se trata que me arrodille ante nadie, es la necesidad imperiosa de ratificar nuestra territorialidad.

He leído y consultado a varios expertos en la materia. La historia de la reclamación es más que válida. Nosotros como país perdimos con el Laudo Arbitral, que la comunidad internacional aprovechó de colear frente a la ausencia de Estado en Venezuela para aquellos tiempos. De nuevo, era un país desolado y profundamente desunido.

Seis décadas más tarde, el Estado venezolano -con real sentido de Estado (valga la redundancia)- hizo valer su derecho y se logró el Acuerdo de Ginebra. Un país unificado, trabajando en un solo frente, ganó el respeto a ser escuchado en la diatriba internacional.

Hoy es ese el espíritu que debe prevalecer. A pesar de las dudas que pueden surgir sobre la política interna y externa del actual Gobierno, nos necesitamos todo para evitar ceder un milímetro de territorio.

El Esequibo es venezolano y es nuestra obligación defender. Ejerzamos la soberanía, el próximo 3 de diciembre atienda el llamado nacional. Es la oportunidad de dictar un mandato claro a quienes están hoy en el poder y a quienes pudieran asumirlo en años futuros de que todos los esfuerzos son válidos para conservar la herencia de nuestros hijos.

@griseldareyesq
www.griseldareyes.com
griseldareyes@gmail.com

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