Hubo una época en la cual El Chapo Guzmán, ex líder del Cártel de Sinaloa, era intocable. Sin embargo, en noviembre del 2018 tuvo que pedir permiso a un juez de Estados Unidos para poder abrazar a su esposa, Emma Coronel Aispuro, antes de su juicio.
Por: Espectador de Caracas con información de Alberto News
Joaquín Guzmán Loera solicitó al magistrado que presidía su proceso tener un “gesto humanitario”. Y es que en ese entonces, desde el 2016 la justicia no le permitía recibir visitas de su cónyuge, de 32 años de edad, quien asistió a casi todas sus audiencias en la corte. También tenía prohibido hablar con ella por teléfono desde prisión, donde se mantenía aislado 23 horas al día.
El ex jefe de la organización criminal solamente podía ser visitado por sus abogados y por sus hijas gemelas: todo a través de un vidrio.
Mariel Colón Miró, abogada del narcotraficante, escribió una petición al juez del caso, Brian Cogan: afirmó que El Chapo deseaba darle a su esposa “un saludo breve y momentáneo que incluya quizás un abrazo el martes 13 de noviembre, antes del inicio de los argumentos de apertura” de la defensa y la fiscalía.