Los vendedores ofrecen el producto por unidad a uno o dos dólares. La situación es la tónica de la economía en crisis que atraviesa el país.
El Espectador de Caracas con información de El Nacional
“¡Barato Ibiza, barato!”, grita un hombre en Catia, barrio de Caracas a reventar de gente, donde comerciantes informales venden el cigarrillo que llegan a Venezuela de contrabando y que, por costar menos, invaden el mercado.
Una cajetilla de Ibiza, el más popular entre las marcas de contrabando, vale 1 dólar en el país que sufre de hiperinflación, siete años de recesión y sanciones económicas.
Los productos de la cigarrera Bigott, perteneciente al grupo British American Tobacco, se venden en tanto en alrededor de 2 dólares, más que el equivalente a un salario mínimo mensual.
En Venezuela siempre ha sido común que los comerciantes ofrezcan el cigarrillo por unidad: abren un paquete y venden cada uno a unos 5 centavos de dólar en el caso de Ibiza y el doble en el de Belmont, la marca más popular de Bigott.
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