El caso de violencia machista que causa polémica en el futbol chileno

La tibia y nefasta reacción de Colo Colo, uno de los clubes más grandes de Chile, a un caso de violencia machista en su plantilla ha desatado la polémica en Chile y puesto el foco en las carencias que existen en la formación educativa y ética de los niños que aspiran a ser deportistas.

El triste protagonista de la historia que sacude a la sociedad chilena es Jordhy Thompson, un joven de 18 años, nacido en la localidad septentrional de Antofagasta, que fue reclutado cuando solo contaba con siete, y que este miércoles fue acusado tras un segundo episodio de violencia machista contra su pareja.

Proveniente de una familia humilde, a los 11 años fue llevado a la residencia de jóvenes valores que la entidad tiene en Macul, donde ya ofreció muestras de indisciplina y rebeldía, con gusto por la pelota pero no por los estudios.

Una carácter difícil que según miembros del club nunca fue una prioridad para el elenco formativo, centrado únicamente en las cualidades deportivas de un volante apodado desde muy pronto «el niño Joya».

Violencia de género

Thompson, internacional sub-20, debutó con el primer equipo en mayo de 2021 con apenas 16 años en un encuentro marcado por la pandemia en el que Colo Colo tuvo que disputar con juveniles ante la falta de jugadores del plantel profesional, y en el que «el cacique» sufrió una sonrojante goleada (5-1).

Casi dos años después, el pasado 15 de marzo emergería el primer episodio de violencia machista. Ese día se difundieron en redes sociales unas imágenes en las que la agredía físicamente a su novia de forma reiterada en una discoteca.

Ante el escándalo, el equipo decidió apartarle «de forma indefinida» de los entrenamientos, medida que mantuvo hasta el 8 de abril, en el que fue reintegrado para disputar el partido de Copa Chile ante Santiago City.

Este lunes, volvieron a salir a la luz nuevas imágenes de Thompson agrediendo psicológica y físicamente a su pareja por las que el deberá presentarse ante el juez el próximo 9 de mayo.

Llueven las críticas

Nada más conocerse el nuevo episodio, el técnico del equipo, Gustavo Quinteros, dudó de los hechos y apuntó hacia a una posible responsabilidad de la víctima, lamentando únicamente no poder contar con el jugador y revelando el machismo que subyace en le fútbol chileno.

«Estamos tratando de ayudar a Jordhy Thompson a cambiar, que sea una persona mejor, que cambie su forma de ser, pero veo también que la otra persona debe tener ayuda también, para que no vuelvan a estar juntos. A mí me extraña que si esto es así, como me han comentado, que se hayan vuelto a ver, cuando Jordhy agredió a esa persona. Ahí hay un tema más profundo de ambas personas que tienen que mejorar”, afirmó.

El propio Thompson ha mantenido la misma argumentación, convencido de que la afición está de su lado.

«El problema es muy profundo, porque cuando Thompson dice que la gente lo ama y que nadie le creerá a la chica, se establece que el jugador tiene rasgos de narcisismo, pero ante todo, que está fuera de toda realidad», explica a Efe el reconocido periodista deportivo local Danilo Díaz.

El club asegura que el jugador ha sido apartado de nuevo, que investiga la situación y que sigue en terapia pero la prensa apunta a la directiva, que no se ha pronunciado, ni siquiera para refutar las palabras de Quinteros.

Dias ante de la nueva polémica con Thompson, la controversia del machismo en el fútbol chileno ya sacudía el debate público a causa de un inaceptable episodio en un partido femenino sub-16, en el que el árbitro, Fabián Vidal Obando, insultó gravemente a una jugadora lesionada, que se marchó del campo llorando.

Un problema profundo

A la polémica se ha sumado la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, quien advirtió que «la violencia contra las mujeres no es un problema de frustración deportiva, no corresponde abordarlo desde el psicólogo deportivo”.

“Apenas conocimos los hechos, instamos y señalamos al club que no estábamos de acuerdo con el abordaje que se estaba haciendo» porque «la violencia contra las mujeres es un problema estructural que debe ser tomado en serio por todas las instituciones, incluyendo los clubes deportivos, sobre todo por el impacto social que tienen en mucha población”.

“Creemos que es hora de que se revise cuál es el modelo formativo que reciben al interior de las instituciones estos deportistas, porque pasan gran parte de su etapa formativa no con sus familias o con su entorno, sino que más bien con el equipo. Hay que ver que están haciendo estas instituciones para prevenir“, zanjó. EFE

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