Eduardo Fernández
Es un hecho evidente que el CNE que acaba de ser designado es el mejor que hemos tenido en los últimos veinte años. La presencia de gente como Enrique Márquez, diputado elegido en la plataforma de la oposición en diciembre del 2015, de Roberto Picón, figura muy destacada en la lucha opositora de los últimos años, de Griselda Colina, directora del Observatorio Global de Comunicación y Democracia, de Francisco Martínez, expresidente de Fedecámaras, de León Arismendi, abogado laboralista muy vinculado con el movimiento sindical venezolano, nos permite confiar en la rectitud del árbitro electoral.
La elección de ese CNE es una buena noticia. Pero, no es suficiente. Para ganar las elecciones y producir el cambio que todos anhelamos, hace falta mucho más. La oposición chilena que enfrentó a la dictadura del General Augusto Pinochet no contaba con un tribunal electoral confiable. Es más, en Chile, en aquellos años, no existía un órgano equivalente a nuestro CNE. El árbitro electoral bajo la dictadura de Pinochet era el Ministro de Relaciones Interiores. Por cierto, un general designado por el dictador, y susceptible de ser removido por el dictador. A pesar de eso, la oposición Chilena concurrió a las elecciones y las ganó, y las ganó de tal manera que a la dictadura no le quedó más camino que reconocer el triunfo opositor.
Mucho más importante que contar con un CNE serio y responsable, es contar con una votación mayoritaria. Las encuestas indican que más del 80% de los venezolanos queremos un cambio. Si a esos venezolanos se les pide que no voten, es difícil ganar las elecciones, aunque tengamos el CNE más imparcial del mundo.
Para ganar el cambio político, deben darse, algunas condiciones que paso a enumerar:
- Hay que llamar al electorado a votar.
- Hay que renunciar a la abstención.
- Hay que regresar a la política democrática y electoral.
- Hay que renunciar a la idea de que esto lo arregla un golpe militar o una invasión extranjera.
- Hay que presentar un programa atractivo al electorado.
- Hay que estructurar una organización eficiente que mueva a los electores y que defienda los votos en las urnas.
- Hay que presentar buenos candidatos, candidatos representativos, honorables y competentes para desempeñar los cargos para los que se postulan y, finalmente,
- Hay que presentar candidatos de unidad, no dividir la votación opositora y concurrir masivamente a las urnas electorales. Absteniéndose no gana nadie, salvo Maduro y sus amigos.
Seguiremos conversando