22 de noviembre de 2024 5:22 PM

Domingo Alberto Rangel: Bill Gates y el reactor de Pipe

Dejo nuevamente de lado a la jauría mediática cebada de momento con el presidente Gustavo Petro a quien el Fiscal de Colombia llamó “dictador”.

Tendrá sus razones el doctor Francisco Barbosa pero como venezolano prefiero esperar ya que en ese país también hay una guerra en la información y este dictador acaba de organizar un aquelarre para “resolver” los problemas de mí país… y a esa reunión que tuvo rango presidencial asistieron 20 países de Europa y América.

Dudo que esos mismos paises asistieran a un foro para buscar soluciones al problema de Corea del Norte y seguramente quien invente algo similar se quedará con los crespos hechos.

Tampoco pisaré la concha de mango que es el tema Paraqueima porque con aplicar las leyes hasta en un siquiátrico puede terminar… y ya escribí lo que me pareció obligado.

Hay cosas más serias como una comunicación salida del correo de Bill Gates que me llegó vía “insiders” y me pareció muy importante.

En ella el archimillonario fundador de Microsoft señala su viaje a Kemmerer… un pueblito de Wyoming, USA, con 2700 habitantes de los cuales 100 perderán sus puestos de trabajo al cerrar una mina de carbón por requerimientos de cambio climático.

Cuenta Gates que esos puestos y muchos más se requerirán en la construcción de una planta de energía nuclear en la que tanto él como mucha gente, entre los que me cuento, cree desde el punto de vista de la ciencia… que es más limpia, eficiente, y produce menos desechos aparte de energía más barata.

El correo de Bill Gates me llevó al principio de la democracia puntofijista cuando siendo niño escuché en mi casa a altos dirigentes de AD burlarse de quien llamaban “El Brujo de Pipe”… algo que entonces no comprendía.

Con ese remoquete en aquellos días se conocía a un venezolano que años más tarde el mundo no dudó en reconocerlo como “sabio”… se llamaba Humberto Fernández Morán.

Al doctor Fernández Morán la humanidad le debe haber desarrollado el bisturí de diamantes que hacia los años 60s revolucionó las operaciones quirúrgicas y por ello obtuvo el Premio John Scott, siendo el único latinoamericano en ganar ese galardón.

Luego fue propuesto para el Premio Nobel pero rechazó la petición porque tendría que renunciar a su nacionalidad venezolana… a pesar de que en su país de origen lo trataron muy mal por haber aceptado –no era político- el ministerio de Educación a pocos días de la huida del dictador Marcos Pérez Jiménez.

Fernández Morán había contado con el visto bueno de Pérez Jiménez para comenzar la investigación de la energía nuclear en la Venezuela de los años 50s del siglo pasado… y así logró montar el primer reactor nuclear de la América mestiza… a pesar de que nuestro país era una potencia petrolera.

No tengo nada que agradecerle al presidente Pérez Jiménez ya que mis padres pasaron los 10 años desde el derrocamiento del presidente Gallegos… hasta el 23 de enero de 1958… entre escondidos, preso mi padre y exiliados ambos.

Sin embargo a tantas décadas de aquellos hechos que llevaron en una Venezuela polarizada entre “demócratas” y “pro dictadura” por honestidad debo reconocer que fue una inmensa estupidez no haber desarrollado la energía nuclear en mí país… aún cuando nos sobre el petróleo.

Ahora es tarde pero igual deberíamos recomenzar… con menos recursos… con sanciones… y estúpida polarización… a transitar el camino del átomo como fuente de energía.

Uranio tenemos pero nos faltan universidades donde se preparen jóvenes en carreras afines a la creación de energía nuclear… y técnicos para trabajar en labores que demandan más disciplina y conocimiento… solo nos sobra la polarización.

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