La Confederación de brujos, hechiceras y augures anuncia grandes cambios.
Según dicen “Plutón está en tránsito”… tal como sucedió justo al comienzo de la Revolución Francesa.
En aquella oportunidad cayeron una tras otra las monarquías, instituciones presuntamente divinas con las que, salvo una que otra excepción, se gobernó la humanidad desde comienzos de la historia.
En nuestros tiempos casi no hay monarquías que vayan a caer y a los reyes les queda el privilegio de vivir muy bien a costa del presupuesto y quedarse sentados en la silla cuando pasaba la espada de Bolívar, como hizo el Borbón español.
Ojo: no son los gobiernos totalitarios los que están desprestigiados sino las democracias, pero a causa de los robos y estupideces cometidos por quienes gobiernan al estilo Macondo pero a cuenta “de la gente”.
¿No es una raya que un inepto y sinvergüenza comprobado, como lo es el interino, pretenda ser Presidente?
¿No lo es también que su jefe de campaña sea aquel personajillo que antes de medrar con Monómeros se agarró los millones que le dieron para auxiliar militares ingenuos, a los que engatusaron para que desertaran de la FANB, y gastó parte del botín en un burdel cucuteño?
Hay otros casos. Hace poco un honesto amigo que se candidatea a motu propio prometió que “de ganar la presidencia regresarían Radio Caracas Televisión y Radio Caracas Radio e intervendría Venevisión”.
Es decir, que todos los problemas que tenemos… se resuelven volviendo a la gallera comunicacional que permitió el golpe de Estado judicial contra Carlos Andrés Pérez, gallera que al comienzo del chavismo hizo lo suyo para atomizar nuestra economía, etc.
Y por qué intervenir a Venevisión? ¡Amigo querido, esa vaina es Macondo!
No creo necesario que Plutón mueva nada pues basta con que los venezolanos exijan a sus gobernantes vivir una vida normal para ver cambios.
Y Macondo es esa heredad de las guerras de la Independencia, cuando los ganadores, a cuenta de “tener bolas”, se cogieron las economías de estas republiquitas macondianas donde se libran guerras civiles a cada rato, sea con fusiles y peones como en el siglo XIX o con guarimbas, alimentos escondidos y sanciones, como ahora.
La democracia nuestra solo la puede rescatar quien tenga como programa a cumplir el rechazo a Macondo. Los otros fungen de sepultureros.
