22 de noviembre de 2024 9:44 AM

Domingo A. Rangel: Con las maestras… pero

Conversando con camioneros que transportan mercancías desde el Táchira y Barinas hacia Caracas me entero de una noticia halagadora que los medios poco comentan.

Sucede que a raíz de la detención por parte del Fiscal  General, de militares grabados en alcabalas cuando presionaban transportistas para obtener recompensas no merecidas… hace un mes que desaparecieron como por arte de magia ladrones y  pedigüeños que encarecían los alimentos en cada alcabala.

Habrá que esperar que los efectos duren o que como  Venezuela es hija de Macondo… no aparezcan en una marcha de protesta por los bajos salarios, esos efectivos que por los momentos se han quedado sin sus “bonos” en especies.

La protesta de las educadoras, podadas de  politiqueros pero acompañadas de sindicaleros del sector público, seguidores de Ramos Allup o de Bernabé… con sus gorritas partidistas nuevas y enormes barrigas que desdicen el hambre pregonada… merece mi apoyo y respeto.

Aunque nada nuevo plantearon los educadores y de allí que la protesta pasa como algo ya visto… como la repetición de las marchas que desde el siglo pasado llevaban a cabo maestros y profesoras pidiendo aumentos de salarios… solo para ellos.

A sabiendas que un país petrolero podía aumentar sueldos a su abultada nómina porque los ministros de Hacienda podían contratar préstamos a la banca internacional… que como el buitre que espera desde lo alto de un peñasco… esperaba que líderes irresponsables incumplieran los pagos… para cobrar más allá de lo pactado inicialmente.

Esta vez la situación es distinta: somos un país sancionado por el mayor poder financiero del mundo… y sin la potencia de una Rusia dispuesta a resistir.

Es evidente que todos los mandatarios del mundo aumentarían los sueldos a sus electores… si solo lo pudieran y si un acto semejante no tuviese repercusiones adversas.

El presidente Maduro no escapa a esta lógica pero en la actual situación tiene que ampliar su base de sustentación más allá “del pueblo”.

Sería una acción vital que solo Nicolás Maduro puede adelantar desde su alianza… pero falta el acompañamiento opositor y no se ve.

La jerarquía católica volvió a la ruta del golpe y en las primarias no se ve nadie con carácter para decir… “hasta aquí”.

Para aparecer repudiando sanciones y ofreciendo al futuro “sangre, sudor y lágrimas” como programa político.

Quizás sea mucho pedir.

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