18 de noviembre de 2024 1:28 PM

Dolor bajo las costillas: causas y tratamientos más comunes

Las bronquitis, la pancreatitis, la gastritis y la costocondritis son algunas de las causas de dolor debajo de las costillas. Este podría ser agudo o crónico y acompañarse de diferentes síntomas, como vómitos, fiebre o dificultad para respirar.

Aunque hay enfermedades que ocasionan las molestias tanto del lado derecho como del izquierdo, también existen problemas de salud que solo se manifiestan en uno de los dos costados. Y ello depende de los órganos que podemos encontrar en cada zona:

  • Debajo de las costillas izquierdas está el corazón, el bazo, parte del páncreas, el estómago y un pulmón. También puede irradiar su dolor hasta aquí el riñón izquierdo.
  • Debajo de las costillas derechas está el hígado con la vesícula biliar, otra parte del páncreas y un pulmón. Del mismo modo, el riñón derecho puede irradiar su dolor hasta esta zona.

A continuación, te presentamos una lista de trastornos que ocasionan pinchazos, espasmos, molestias y dolores debajo de las costillas. Usa la información solo como una guía, ya que será un médico quien realice el diagnóstico definitivo.

¿Qué puede ocasionar dolor debajo de las costillas, en ambos lados?

Hay muchas enfermedades que se manifiestan con dolor del lado derecho y del lado izquierdo de manera indistinta. O, incluso, que duelen en el centro, en la zona conocida como la boca del estómago. Algunas no representan un riesgo para la vida, como la costocondritis, mientras que otras requieren atención médica inmediata, como la pancreatitis.

1. Costocondritis

La costocondritis es una inflamación del cartílago que conecta las costillas con el esternón. El dolor suele localizarse, la mayoría de las veces, entre la cuarta y la sexta costilla, pudiendo irradiarse hacia el abdomen o la espalda.

Tiende a empeorar con los movimientos del tórax, al hacer respiraciones profundas o al toser. No siempre se requieren estudios para confirmar su presencia, pero el médico podría indicar radiografías para descartar otras condiciones más graves.

El tratamiento de la costocondritis se centra en aliviar el dolor. Para ello, se prescriben medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, reposo y aplicación de compresas frías en la zona afectada.

2. Espasmos del diafragma

Se trata de contracciones involuntarias y repentinas del músculo diafragma, que es el que separa la cavidad torácica de la abdominal. Además del dolor, podría percibirse opresión en el pecho y dificultad para respirar.

No representa un peligro y los espasmos tienden a resolverse por sí solos en pocos minutos. Se recomienda descansar y mantener un patrón de respiración regular durante los episodios. Si el síntoma es persistente, se pueden utilizar técnicas de fisioterapia para aliviar la tensión del músculo.

3. Gastritis

La inflamación de la capa más interna del estómago se conoce como gastritis. El dolor debajo de las costillas es un síntoma frecuentemente asociado, que puede manifestarse como ardor o como una punzada.

El tratamiento de la gastritis incluye cambios en el estilo de vida y medicamentos. Se recomienda evitar irritantes, como café, alcohol y comidas picantes. También se pueden prescribir antiácidos.

4. Úlcera gástrica

La úlcera gástrica es una lesión que se forma en la pared interna del estómago, como una herida o un sacabocado. Suele ser causada por una infección con la bacteria Helicobacter pylori.

Además de dolor debajo de las costillas, habrá indigestión, náuseas y pérdida de apetito. Los médicos prescriben antiácidos y, en casos en los que se identifica H. pylori, se administran antibióticos o probióticos.

5. Enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE

En esta afección, el ácido del estómago sube hacia el esófago, causando irritación y dolor. Puede ser desencadenado por factores como la obesidad, el embarazo y ciertos hábitos alimenticios.

El dolor debajo de las costillas puede sentirse como un ardor o una presión. La posición del cuerpo también influye, pues las molestias empeoran al acostarse.

Para tratar el ERGE se recomienda una dieta específica que evita comidas grasosas, alcohol y cafeína. Los medicamentos más recetados para el tratamiento son los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol) y los llamados bloqueadores H2 (ranitidina).

6. Neumonía

Es una infección que puede asentarse tanto del lado derecho como del izquierdo. Diversos microorganismos, incluyendo bacterias, virus u hongos, pueden ser los causantes de esta enfermedad.

En casos de neumonía bacteriana, se prescriben antibióticos. Para las virales, el tratamiento no suele incluir medicamentos. Los casos graves requieren cuidados más puntuales, con líquidos intravenosos y oxigenoterapia. Es fundamental la atención médica para evitar complicaciones.

7. Pleuritis

Así como sucede con la neumonía, puede haber pleuritis con dolor tanto del lado derecho como del izquierdo. Se trata de la inflamación de la pleura, que es la membrana que recubre los pulmones. Las infecciones, las enfermedades autoinmunitarias y hasta el cáncer de pulmón suelen ser las causas más frecuentes de esta afección.

El tratamiento incluye el uso de antiinflamatorios para aliviar el dolor. Si la causa subyacente es una infección, se podrán recetar antibióticos o antivirales. Y, en algunos casos, si hay acumulación de líquido (derrame pleural), podrá ser necesaria una punción para drenarlo.

8. Síndrome de la costilla deslizante

Es un síndrome poco común que sucede por la movilidad extrema de las últimas costillas (octava, novena y décima). Ocurre cuando los ligamentos de la zona se debilitan o se rompen, permitiendo que las puntas de los cartílagos costales giren hacia dentro y provoquen dolor.

En casos leves, se usarán analgésicos y reposo. Para síntomas más severos, se pueden considerar infiltraciones con anestésicos o esteroides. La cirugía se reserva para situaciones que no mejoran con lo anterior.

9. Fractura de costillas

Además de causar dolor en las costillas afectadas, las fracturas pueden irradiar su dolor más abajo. Hay algunas que son menores y no afectan la integridad del hueso, pero otras pueden generar fragmentos afilados capaces de dañar órganos internos o músculos del tórax.

El dolor suele agravarse al respirar profundamente, toser o moverse. También podrían aparecer moretones y hematomas en la piel.

La recuperación suele tomar varias semanas. En los casos leves basta con el reposo y la inmovilización con faja, pero situaciones más complicadas requerirán cirugía.

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