El presidente del gigante industrial Motor Sich, Vyacheslav Boguslayev, fue detenido por agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) en Zaporiyia por las sospechas de que trabaja para Rusia.
El Espectador de Caracas / EFE
«Agentes del SBU detuvieron al presidente de Motor Sich y al jefe del departamento de actividad económica exterior de esta empresa. Se les notificaron cargos en virtud de dos artículos del Código Penal de Ucrania: Arte. 111-1 (colaboración); Art. 111-2 (complicidad con el Estado agresor)», informó el Servicio de Seguridad en un comunicado citado por la agencia Ukrinform.
La detención se produjo en el marco de un proceso penal por el suministro ilegal de material militar para la aviación de asalto rusa, por parte de Motor Sich.
Según la investigación, la dirección de la planta situada en Zaporiyia estaba implicada en la operación.
Los funcionarios actuaron en connivencia con representantes de la corporación rusa Rostec, uno de los principales fabricantes de armas para las Fuerzas Armadas rusas, y cercana al Kremlin.
«Los delincuentes establecieron canales transnacionales para el suministro ilegal de lotes al por mayor de motores de avión ucranianos al estado agresor», precisa el comunicado.
Según el SBU, Rusia utilizó los productos recibidos para la producción y reparación de helicópteros de ataque rusos del tipo Mi-8AMTSh-VN «Sapsan», KA-52 «Alligator» y Mi-28N «Cazador Nocturno».
Se ha podido establecer que Rusia utilizó masivamente los respectivos modelos de la aviación del ejército para la invasión a gran escala de Ucrania, como confirman los helicópteros de combate rusos destruidos por parte de los defensores ucranianos, señala el SBU.
«Para eludir las restricciones establecidas al comercio con Rusia, los organizadores de la trama utilizaron estructuras comerciales controladas en tres países de Oriente Medio, Europa y Asia Oriental. Fueron estas empresas las que enviaron ‘pedidos’ al fabricante ucraniano supuestamente para las necesidades de una parte extranjera», indica.
Sin embargo, tras recibir los productos militares, los «intermediarios» los enviaron a Rusia, precisa.
«El enemigo también utilizó a sus cómplices extranjeros para reparar y mantener sus propios aviones utilizando piezas de repuesto ucranianas», añade.
Durante la investigación, los agentes del SBU ha podido identificar a todos los organizadores de las transacciones y documentar sus acciones delictivas y están llevando a cabo medidas exhaustivas para llevar a los autores ante la justicia, señala el comunicado.