Constituye un hito histórico, tal y como sabemos todos, hazaña de un navegante genovés al servicio de la monarquía española, tal y como lo era el almirante de la mar océano Cristóbal Colón, hombre del Renacimiento, quien por la mente y por el estilo, inquietudes y sus valores, pertenecía al Quattrocento italiano, cuyo descubrimiento hace poco más de unos cinco siglos, motivó al navegante florentino Américo Vespucio a efectuar un par de viajes (1499-1500)/(1501-1502), cuando exploró la costa sudamericana; desde las Guayanas y Brasil hasta el sur de la Patagonia, y comprobó que las tierras no pertenecían a Asia. Las llamó América y levantó cartas geográficas de las tierras que visitara, descubiertas por Colón. Tales cartas expuestas en Europa durante 1506 permitieron la publicación de una cosmografía a cargo de Martin Waldseemüller (Saint Dié, Francia). En dichas cartas Vespucio hace referencia acerca del caudal de ríos hallados; presumió la existencia de un territorio vasto, al que denominó América.
Este descubrimiento no conllevaría una razia genocida y despiadada tal y como se ha pretendido satanizar y/o criminalizar. Tal hallazgo propició muchos reajustes de la historia en el espíritu del hombre, pues tuvieron su arranque desde el momento sublime del 12/10/1492. Podríamos referirnos, entonces, al nacimiento de la Edad Moderna.
Nada menos, en el orden económico, hallamos que las rutas comerciales dejan al Mediterráneo y navegan hacia el Atlántico. Puertos que desde la antigüedad eran centros de actividad comercial, cedieron su importancia a los de América. El comercio, la industria y el capitalismo sufrieron unos cambios imprevistos; la economía medieval cautiva adquirió rango de economía nacional.
El éxodo de monedas europeas hacia oriente ocasionó una escasez de circulante en ese continente; cesó por la afluencia de oro y plata americanos, pues a inicios del siglo XVI había en Europa más de estos metales preciosos que unos 60 años previos al primer viaje de Colón.
Cabe destacar que aun cuando Colón cruzó al Atlántico durante su primer viaje (1492-1493), con un éxito evidente porque llegó al “Nuevo Mundo”, quizá por una instrumentación precaria, llegó ese día a una isla caribeña, San Salvador a la que denominó Guanahaní; ahora, conforma Las Bahamas bajo el nombre de isla “Wating”; entonces, creía haber hallado una nueva ruta hacia la India. Y, en efecto, describió y llamó “indios” naturalmente, a los habitantes del pueblo indígena que observara en guayucos. Luego, durante su segundo viaje (1493-1496) descubre a Puerto Rico y a Santo Domingo, que denominó La Española.
Pero, no fue sino en su tercer viaje cuando Colón descubriese (1/8/1498) a la isla de Yare, que denominó Trinidad; enseguida, boca de Dragones y Macuro. Y, se inicia el proceso de evangelización en América, por los frailes dominicos y franciscanos.
Finalmente, en su cuarto viaje (1502-1504) Colón recorrió las costas centroamericanas.
Isaimar@gmail.com
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