La derecha antielectoral en Venezuela

Los pueblos del mundo son hoy más valientes y sabios en estos tiempos, cuando la derecha abiertamente demuestra que no le interesan las elecciones ni la democracia. Lo vemos en Ecuador, donde el movimiento popular alcanzó una amplia victoria electoral que ha sido violentada por la derecha atrincherada ilegalmente en el gobierno y lo vimos en Venezuela, donde se pretendió robar unas elecciones desde Instagram, Facebook y Tik Tok, con el apoyo de Estados Unidos.

Estos hechos recientes revelan un cambio radical en el pensamiento táctico de la izquierda y de la derecha.

Sabemos que a la derecha no le importa la democracia. Nunca le importó. Durante el siglo XX se había especializado en el tema electoral y lo utilizaba para controlar el poder y para estigmatizar a una izquierda que, en esa época, se avergonzaba de participar en elecciones, a pesar de que su razón de existencia es la democracia.

Me explico mejor

La tradicional formación de izquierda se alimentaba de heroísmo clásico, puro y duro, como en Así se templó el acero. Se preparaba para “tomar el cielo por asalto”, en una ruta de rebelión popular con la toma de bastillas, palacios de invierno, cuarteles Moncada y palacios de gobierno. El hecho electoral casi parecía una debilidad.

La derecha se acostumbró a llamar democracia a sistemas de dos partidos que compartían la visión capitalista. Competían en elecciones que garantizaban la perpetuación del modelo y la recurrente victoria de los más ricos.

Allende condujo la rebelión por otro camino, también heroico, que abrió por elecciones. El atrevimiento fue saboteado y castigado con la dictadura de Pinochet, pero en nuestro imaginario quedó el dibujo de otra vía posible. Por esa ruta llegó el pueblo venezolano en rebelión, liderado por Chávez.

En este instante preciso de la historia, la izquierda sabe de elecciones y quiere elecciones. La derecha no. La derecha amenaza, contrata mercenarios, sueña con muertes que generen intervenciones militares, hace elecciones fraudulentas y no reconoce derrotas electorales.

Como podemos constatar hoy, ante la próxima realización de elecciones parlamentarias y regionales en Venezuela, la derecha quiere recorrer una ruta de sufrimiento ajeno y muerte de inocentes que le lleve al poder. Ya no sabe de elecciones y no las quiere. Opta por vías violen- tas. Lo hace en Caracas y en Madrid, en Santa Cruz, en Quito y en Washington.

Por Freddy Fernández

VTV/ UN/LM/DS/DB/

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