Depresión: ¿cuándo se debe buscar ayuda?

Buscar ayuda en la depresión es fundamental porque muy pocas personas salen solas de ella. Al comienzo, los síntomas pueden pasar desapercibidos o los podemos confundir con una mala racha personal. Una pregunta clave que podemos hacernos es: ¿Cuando se debe buscar ayuda en la depresión?

Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud

En este artículo tratamos de puntualizar algunos aspectos comunes en la conducta de las personas que empiezan a padecer una depresión. De esta forma práctica, será más sencillo identificarlos y prestarles atención para poder buscar ayuda psicológica cuanto antes y prevenir un estado más grave de ser posible.

¿Cuándo buscar ayuda en la depresión?

Buscar ayuda en la depresión puede ser difícil para algunas personas. De hecho, según un equipo de la Universidad Nacional Australiana, esta dificultad podría deberse al estigma que afecta a esta enfermedad y a la búsqueda de ayuda en sí. En su investigación, los autores pudieron observar que muchas personas se sentirían avergonzadas a la hora de buscar ayuda y creían que otras personas les juzgarían en tal caso.

De cualquier manera, buscar ayuda en la depresión a tiempo puede resultar clave. Por eso, desde aquí te animamos a consultar con un psicólogo o psiquiatra si crees que puedes estar teniendo síntomas depresivos, dejando a un lado el estihma.

1. Buscar ayuda en la depresión aún cuando no haya una causa concreta para la misma

Sería lógico y comprensible entrar en un estado de profunda tristeza o dolor si ha fallecido un familiar cercano. Sin embargo, si de forma gradual empezamos a sentir un desánimo y tristeza desmedida, sin causa aparente, puede ser un indicativo del comienzo de un estado depresivo.

A veces, puede aparecer tras una época de euforia o grandes logros, lo cual significa que no siempre está asociada a dificultades o fracasos. Cada persona es un caso diferente y se muestra de formas muy diversas. No obstante, debemos estar alerta cuando ese abatimiento, tristeza y desespero perdure hasta el punto de cambiar nuestra normalidad o vida cotidiana.

2. Buscar ayuda en la depresión cuando te inundan pensamientos negativos

Otro de los indicativos de la depresión por el que se debe empezar a buscar ayuda son los continuos pensamientos negativos. Sucede cuando la persona cae en un bucle sin salida, de negatividad y pensamientos autodestructivos. En esa etapa todo puede parecer un problema y cualquier actividad se convierte en un reto imposible.

Pueden aparecer pensamientos negativos de diferentes tipos:

  • Victimismo: La persona se siente y se sitúa como víctima en cualquier contexto para aumentar todavía más la gravedad de su estado.
  • Extremismo: “El mundo está a mi favor o en mi contra”. No hay lugar para el diálogo o las diferencias de opiniones. Todo es o blanco o negro.
  • Catastrofismo: Se entra en un círculo vicioso en el que se cree que todo va a salir mal.
  • Desconfianza: Cuando se cree que los demás tienen una opinión negativa de nosotros.
  • Complejo de inferioridad: Sentirse menos que los demás.
  • Anticipación al futuro: Quedarse sin hacer nada al creer que lo que va a suceder será malo.

3. Falta de higiene asociada a un estado de ánimo muy abatido

Cuando se entra en un estado psicológico depresivo, con la desidia y el desánimo, suele descuidarse la higiene personal. Con la depresión, la persona suele abandonarse y, acciones sencillas y cotidianas, como lavarse los dientes, ducharse o peinarse, suponen un gran esfuerzo.

Si la persona con depresión vive sola, también puede observarse la falta de higiene en su domicilio. Veremos un nuevo indicativo para pedir ayuda psicológica si hay comportamientos de dejadez como camas sin hacer, suelos sucios, plantas y mascotas desatendidas, habitaciones oscuras y poco ventiladas, etc.

4. Aislamiento social

Otro de los graves perjuicios de la depresión es el aislamiento social y la reclusión. Algunos indicativos de esta desmedida introspección suelen ser:

  • No querer tener contacto con otras personas.
  • No querer salir de casa.
  • Despreocuparse por atender a las amistades.
  • No responder a las llamadas.
  • Aislamiento emocional de las personas cercanas, como la pareja.
  • Nula conversación.
  • Pérdida del sentido del humor y la alegría.

El aislamiento social suele derivar en problemas en el aprendizaje, dificultades en la toma de decisiones y en déficit de atención. También puede generar conductas desequilibradas o extrañas, empeoramiento físico y cierta insensibilidad hacia todo.

5. No quiere comer

Es obvio que cuando una persona adopta una actitud diaria de no querer comer, hay un problema de algún tipo. Esta conducta de malos hábitos alimentarios también puede darnos pistas sobre un posible problema de fondo, como es la depresión.

Es necesario acudir a un profesional y así descartar otro tipo de enfermedad crónica como los trastornos alimentarios (bulimia, anorexia, o los atracones). La consecuencia de esta conducta afecta a nivel físico y mental:

  • Debilitamiento del cuerpo por falta de energía y tono muscular.
  • Pérdida excesiva de peso y riesgo cardiovascular al haber una severa deshidratación.
  • Fatiga crónica.
  • Dolores estomacales.
  • A nivel intelectual aparece una lentitud o pesadez de pensamiento, en los que la persona parece como ausente o ida.

Llega un momento en el que se debe pedir ayuda

En conclusión, llega un momento en el que se debe pedir ayuda. Está claro que es muy difícil salir de un trastorno como la depresión en solitario. Por lo tanto, si se dan alguno o varios de los factores que acabamos de describir, debes saber que ha llegado el momento de pedir ayuda. Por encima de todo, a la familia, pero también al especialista en salud mental correspondiente.

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