La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, afirmó este jueves en la conferencia internacional Estocolmo+50, organizada por Naciones Unidas, que en el país caribeño se han sembrado a la fecha 33 millones de árboles, sin precisar desde cuándo.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
Rodríguez indicó, de acuerdo con un comunicado difundido por la Cancillería venezolana, que la siembra de esos árboles garantiza que un 43 % del territorio sea «protegido».
«Pero sabemos que no es una tarea de un país o dos, es una tarea de unión de todos los países. Tenemos una única oportunidad y no la podemos desaprovechar», agregó.
Sostuvo que Venezuela ha tenido una «máxima conciencia» en la preservación del medioambiente.
Rodríguez dijo que la «principal causa» de la crisis climática en el mundo es producto de la intervención del hombre, el «modelo de producción depredador de un capitalismo exacerbado y desaforado que ha atentado contra los derechos de la madre Tierra».
El pasado 11 de mayo, el ministro de Ecosocialismo (Medioambiente), Josué Lorca, afirmó en la XV sesión de la Conferencia de las Partes (COP15) de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (Unccd), que el Gobierno de Venezuela revirtió la deforestación un 47 % desde 2002 hasta la fecha.
No obstante, el Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales (OVDHA) advirtió el pasado 18 de mayo que en el país hay «una pérdida acelerada de la diversidad biológica», lo que podría incidir en la vulneración de las garantías fundamentales de poblaciones rurales e indígenas.
«En Venezuela, la diversidad biológica, y en particular la fauna silvestre, ha venido sufriendo desde hace décadas un proceso de deterioro continuo que pone en riesgo de extinción a una importante cantidad de especies», detalló la organización en su informe «Emergencia humanitaria en Venezuela y la fauna silvestre: Diversidad biológica asediada por la crisis».
En la presentación del estudio, el observatorio indicó que esta pérdida se relaciona con varias causas, entre las que están el incremento de la población humana, la desaparición de hábitats, la contaminación y la presión de la cacería.