Feliz domingo un día después de la Navidad mis queridos seguidores. Con la fe puesta en que cada uno de ustedes hayan disfrutado en familia un día de celebración, en muchos casos por el nacimiento del redentor y en otros como celebración de unión y amistad. Yo muy agradecida con mi Dios por todas las bendiciones dadas este año que pronto se ira tan rápido como llegó.
Hoy mi tema será dedicado a los solitarios, a esas personas que en fechas como la Navidad y el recibimiento del Año Nuevo se encuentran solos o lejos de sus familiares y amigos, a esas personas que sienten nostalgia y tristeza por no estar junto a sus seres queridos.
La temporada navideña a menudo atrae muchos visitantes, que buscan compañía para apaciguar su soledad y esto genera estrés y ansiedad a los receptores, ya que estos días por lo general presentan una gran variedad de actividades, como cocinar, comprar, hornear, limpiar y entretener, entre otras cosas. Y con la situación del coronavirus propagándose por el mundo, trae consigo un estrés adicional ya que viene acompañado de la ansiedad y preocupación por nuestra salud y la de los seres queridos. Aunado a que los planes de vacaciones cambian muchas veces por el fenómeno pandemia.
Sabemos que estas fechas decembrinas por lo general se asocian con alegría, amor, generosidad y unidad, sin embargo, para muchas personas, esta época aumenta de manera exponencial su soledad, la ansiedad y la tristeza, hoy mi artículo esta dedicado a estas personas. Estar solos no implica soledad ya que si hacemos una introspección nos daremos cuenta, que si nos sentimos solos, podemos llegar a un acuerdo con nuestra alma y a través de ella conectarnos con la felicidad de sentir que siempre hemos estado acompañados por esa otra parte de ti que jamás te abandona, TÚ MISMO, el más fiel, el más leal, el que nunca te traicionará a pesar de conocer tus más íntimos secretos.
Si te sientes solo o en soledad en estos días festivos te invito a abrazar tú soledad y aprender a querer tus imperfecciones, a dar gracias por todos aquellos que te han acompañado en el tren de tú vida, los que estuvieron y se bajaron en cada estación, los que se fueron y no volverán, los que aun faltan por llegar y sentarse a tú lado, abre el corazón al agradecimiento y a lo que está por llegar, deja que tú alma te abrace y acaricie demostrando el amor que siente por ti.
Cuando sientas que la soledad está en el punto más alto, una técnica que puede ayudarte es reconocer la emoción que estas sintiendo, buscando la causa de lo que te entristece. Si un ser querido ya no está en este plano o por otras razones no está cerca de ti, ten en cuenta que es muy normal sentir tristeza y dolor. Esta bien tomar un tiempo para llorar o expresar tus sentimientos, no es sano forzarte a ser feliz porque es la temporada navideña y todos dicen que hay que ser feliz.
Si te sientes muy solo o aislado, escríbele a tú alma, conéctate con ella, haz una carta bonita a ti, diciendo que es lo más maravilloso que ves en ti, reconoce uno por uno tus errores y cámbialos por virtudes, por ejemplo, si te dices a ti mismo no sirvo para nada, cámbialo por, soy una persona maravillosa, me esfuerzo cada día por ser mejor, hoy estoy solo porque quiero estarlo pero mañana saldré y haré una obra de caridad y trataré de buscar personas que necesiten compañía, solo para escucharlos y darme cuenta que hay problemas más profundos que los míos.
Recuerda que las vacaciones no tienen porque ser perfectas o como años anteriores, a medida que las familias crecen y los hijos hacen su vida, las tradiciones también van cambiando, si tus hijos no pueden acompañarte físicamente en esta época, busca nuevas formas de celebrar juntos, existen actualmente muchos métodos tecnológicos, videos llamada, correo electrónico, compartir a través de las redes fotos y recuerdos.
Deja a un lado las diferencias, acepta a los familiares y amigos tal como son, se comprensivo porque es posible que los otros también sientan los efectos del estrés y la depresión en esta época.
No intentes comprar felicidad con una avalancha de regalos.
No cedas ante la presión externa, decir sí cuando en realidad lo que quieres es decir no, puede hacer que te sientas con estrés y ansiedad. No te preocupes por los familiares y amigos entenderán si no puedes participar en todas las actividades, y si no lo entienden siéntete tranquilo porque es un problema de ellos y no tuyo. Lo importante es como te sientas tú.
Tomate un tiempo para ti, disfruta haciendo lo que te gusta y si esto incluye estar solo contemplando la naturaleza y respirar profundo, entonces bienvenido el ejercicio. Da un paseo por la noche y contempla las estrellas, escucha música relajante, lee un libro.
Si sientes que has hecho tus mejores esfuerzos y aún te sientes triste o ansioso, con insomnio, irritable y sin esperanza, y no logras controlar estas emociones habla con tú médico o con un profesional de la salud mental.
Recuerda que “EL MÁS RICO NO ES EL QUE TIENE MÁS, SINO EL QUE NECESITA MENOS” Hasta aquí mi artículo de hoy mis queridos seguidores, los invito a unirse a las tribus del alma y bailar acompañados de sus almas, entregando todas las preocupaciones a Dios y aceptando las bendiciones universales. Los honro y los respeto. Sigan contactándome por mi correo deyoviedo.us@gmail.com y por Instagram Deyoviedo.us