La popularidad y fácil acceso a las alternativas vegetales a los alimentos que constituyen las principales fuentes de yodo, como la leche, los productos lácteos y el pescado, está contribuyendo a una ingesta insuficiente y persistente de yodo en la población de la Región Europea de la OMS, según un informe publicado por la OMS/Europa y la Red Global de Yodo (IGN). Esto aumenta los riesgos para la salud, especialmente para las mujeres durante el embarazo, que tienen mayores necesidades de yodo.
La popularidad y fácil acceso a las alternativas vegetales a los alimentos que constituyen las principales fuentes de yodo, como la leche, los productos lácteos y el pescado, está contribuyendo a una ingesta insuficiente y persistente de yodo en la población de la Región Europea de la OMS, según un informe publicado por la OMS/Europa y la Red Global de Yodo (IGN). Esto aumenta los riesgos para la salud, especialmente para las mujeres durante el embarazo, que tienen mayores necesidades de yodo.
Sin embargo, encuestas de mercado recientes encontraron que solo el 9% de la sal en productos alimenticios procesados en Alemania y el 34% en Suiza estaba yodada. En 24 países con yodación voluntaria o nula, los alimentos de consumo común a menudo se producen con sal no yodada.
Consecuencias del déficit de yodo para la salud
La ingesta de yodo es crucial antes y durante el embarazo para un correcto desarrollo cerebral del feto. “La transición hacia alternativas vegetales a los productos lácteos, particularmente entre las mujeres, que ya corren un mayor riesgo de déficit de yodo y enfermedades de la tiroides que los hombres, es preocupante para su nutrición con yodo, especialmente en países que dependen de la leche como fuente de yodo, ya que la mayoría de las alternativas lácteas no lo contienen”, ha explicado el Dr. Hans Henri P. Kluge, Director Regional de la OMS para Europa. “Este informe ha sido crucial para resaltar un problema que aún existe o está resurgiendo en los países de la Región”, añade.
“Los países necesitan estrategias políticas más flexibles para proteger a las personas de la deficiencia de yodo, incluidas políticas obligatorias para el uso de sal yodada de calidad alimentaria en los alimentos procesados y la integración de medidas de reducción de sal y de yodación de la sal”, afirmó el Dr. Gauden Galea, Asesor Estratégico del Director Regional de la OMS/Europa para la Iniciativa Especial sobre ENT (enfermedades no transmisibles) e Innovación (SNI). “Teniendo en cuenta el cambio en el panorama dietético, también es necesario garantizar una fortificación adecuada de la leche y los productos lácteos alternativos con yodo”.
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