San Andrés se convirtió en un punto estratégico para los transportadores irregulares de migrantes venezolanos que trasladan a estas personas a países de Centro América a cambio de una alta suma de dinero.

Aunque los operativos de la Armada colombiana, en lo que va del presente año, han logrado detener a 35 embarcaciones que transportaban migrantes venezolanos de manera irregular que intentaban llegar hasta Nicaragua u otro país de Centro América, esta situación se continúa presentando en esta parte del país.

En este sentido, el oficial de la Armada nacional Octavio Gutiérrez, afirmó en entrevista con CNN enEspañol que los migrantes venezolanos llegan a San Andrés con visa de turistas, se quedan de uno a tres días en un hotel de la isla y luego de este tiempo, los “coyotes” los contactan para cerrar el trato y transportarlos irregularmente hasta Nicaragua, como es común.

A pesar de que las embarcaciones utilizadas para transportar a los migrantes venezolanos no cuentan con medidas de seguridad adecuada, estas personas siguen recurriendo a esta opción para salir de esta parte del continente con un objetivo claro, arribar a Estados Unidos.

Asimismo, el comandante Octavio Gutiérrez afirmó que los transportadores irregulares cobran una tarifa desde los mil dólares hasta los cuatro mil para trasladar a los migrantes venezolanos. Un absurdo y una fortuna por completo teniendo en cuenta que una las razones por las cuales migran los nacidos en el país vecino es la crisis económica de su país.

Las aguas de San Andrés es otra de las rutas utilizadas por los migrantes venezolanos y de varias nacionalidades para salir del sur de América. El otro camino es la selva del Darién, vía ubicada en plena zona fronteriza entre Colombia y Panamá.

En este sentido, las aguas de San Andrés es la ruta elegida por algunos migrantes que tienen más capacidad económica para pagar un transporte irregular y porque eventualmente es un solo riesgo, morir ahogado.

El paso del Huracán Julia provocaría, en teoría, una disminución del tránsito por esta vía, pues muchos de los transportadores ilegales siguen temiendo que la temporada de fenómenos meteoreológicos que se registra en el Mar Caribe empeore las condiciones de navegabilidad.

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