Existen distintas formas de expresar amor. ¿Cuál es tu lenguaje afectivo? ¿Existe uno solo para cada persona? Lo descubrimos en este artículo.
Por: Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
¿Qué son los lenguajes del amor? ¿Existe uno solo? ¿Es universal? Teorizar o hablar sobre el amor es algo que se hace desde hace muchísimos años. Sin embargo, no termina por haber definiciones acabadas o concluyentes.
Una de las personas que se dedicó a analizar el amor es Gary Chapman, especialista en relaciones de pareja, que escribió sobre los 5 lenguajes del amor. Allí analiza las distintas modalidades en que el sentimiento se expresa.
Cada persona tendrá su propio estilo y forma de dar y recibir amor, pero la mayoría coincide en que el amor es muy importante para la vida. Por su parte, Chapman propone que cuando uno descube cuál es su lenguaje del amor y el de su pareja, se puede fluir y conectar mejor.
¿Qué es el lenguaje del amor?
Chapman sostiene que muchas veces parece que las parejas no se entienden o que hablan idiomas distintos, porque sus lenguajes del amor no son los mismos.
También postula que las personas suelen dar amor del mismo modo en que les gusta recibirlo. Para ello, propone identificar cuáles son esos lenguajes y, a partir de allí, aprender los modos propios para tratar también de entender los de los otros.
1. Las palabras
Es uno de los primeros lenguajes del amor. Las palabras que decimos al otro para manifestarle cuánto lo apreciamos o cuán importante es para nosotros, a veces surgen de manera espontánea y en otras ocasiones las pensamos un poco más.
Aquí es interesante tener en cuenta que, para resultar creíbles, deben ser genuinas, sinceras y estar basadas en algo que sentimos o pensamos. Por otro lado, es importante no dar por sentado que el otro sabe lo que sentimos. El reconocimiento y la confirmación ayudan a fortalecer la relación.
Por último, para que a las palabras no se las lleve el viento, como dice el refrán, siempre deben ser soportadas o sostenidas por acciones y hechos. Caso contrario, se niegan.
2. Tiempo de calidad
En una sociedad en la que fuimos socializados con ideas como el multitasking, con el celular presente en la mayoría de nuestras interacciones, brindar el tiempo de calidad se convierte en algo más preciado aún.
Lo cierto es que muchas veces estamos horas en reuniones sociales, pero al volver a casa, si nos preguntan qué hay de la vida de tal persona o cómo alguien resolvió determinado asunto, no siempre sabemos muy bien qué contestar.
Esto sucede porque estamos sin estar, presentes a medias. Es por eso que el tiempo no tiene que medirse en cantidad, sino en calidad. Un tiempo en el que nos dedicamos a la otra persona, la escuchamos y nos interesamos por compartir momentos.
3. Regalos
Este es otro de los lenguajes del amor definidos por Chapman. El autor pone en valor no solo el hecho de pensar el qué del regalo, sino también el esfuerzo por comprarlo y conseguirlo.
Sin embargo, muchas personas proponen cuestionarse, al menos parcialmente, la idea de que regalos sea la palabra adecuada. Ya sabemos que una relación plena de regalos, con todas las necesidades materiales satisfechas, no necesariamente implica reciprocidad ni interés.
Quizás, más bien, podría pensarse en la idea de gestos. Prestar atención e interesarse por conocer los gustos de otra persona se convierte en un disparador para hacer un regalo, lo que es muy distinto de hacerlo por inercia pura.
En este punto, lo mejor será buscar un equilibrio. Que una cosa no reemplace a la otra. Muchas personas también recomiendan ofrecer experiencias para compartir.
4. Actos de servicio
Aquí quedan comprendidas todas aquellas acciones a través de las que se ayuda a otra persona y se le hace un favor. Por ejemplo, podría comprenderse aquello de llevarle comida a tu madre si sabes que vuelve muy tarde de trabajar y estará cansada.
En este punto, siempre es importante hacer una autocrítica para no creer que estamos teniendo gestos de servicio cuando en realidad es lo que corresponde en el marco de relaciones igualitarias. Por ejemplo, ordenar la cocina no es un gesto ni un favor si la otra persona es quien preparó la cena.
5. Contacto físico
Un beso, un abrazo, una palmada en el hombro, una caricia. Existen distintos gestos que comunican aprecio, acompañamiento y apoyo. Hay quienes son más corporales y necesitan estar en proximidad. Pero también hay quienes sienten invadido su espacio.
Más allá de que cada persona tenga su lenguaje preferencial para expresar o para recibir amor, es importante encontrar el equilibrio entre todos ellos y prestar atención al lenguaje de las personas que nos importan. De este modo, el camino para comunicar nuestro afecto será más accesible.