República Dominicana y Haití mantienen enquistadas sus posiciones sobre la construcción del polémico canal en el limítrofe río Masacre, cuando este viernes se cumple una semana de que Santo Domingo cerrase todas las fronteras con el vecino país, lo que está generando importantes daños económicos a ambas partes.
Mientras tanto, a lo largo de la línea divisoria reina la calma, incluido el principal punto limítrofe, Dajabón (noroeste de República Dominicana), donde, en declaraciones a los medios, el comandante general del Ejército dominicano, mayor general Carlos Antonio Fernández Onofre, aseguró este viernes que la frontera está tranquila y controlada y que no hay amenazas.
Desde que a las 06:00 hora local del 15 de septiembre (10:00 GMT) República Dominicana clausurara las fronteras terrestres, marítimas y aéreas con Haití, con el consiguiente bloqueo del comercio bilateral, no ha habido avances e, incluso, las posturas se han distanciado más.
Si bien al inicio de esta crisis el Gobierno de Haití se desmarcaba del proyecto, una iniciativa privada sin apoyo oficial, ahora el Ejecutivo afirma que hay que seguir adelante con las obras del polémico canal y ha decidido apoyarlas.
Por todo ello y ante la exigencia del Gobierno dominicano de que las obras deben paralizarse antes de sentarse a hablar, la reanudación de las conversaciones bilaterales no parece próxima.
Con información de EFE
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