Este año llega a su tercera edición el Concurso Internacional de Cortometrajes Amazine 2024, una iniciativa acometida desde Motpellier por la especialista en Ciencias Ambientales venezolana Ana María Méndez Schreier quien, alarmada por la dramática situación de la Amazonía en los últimos años, resolvió crear el certamen para documentar su estado, a fin de promover acciones que contribuyan a salvaguardar este valioso ecosistema.

Ana María es la presidenta de la Asociación Watunna Venezuela, que ofrece apoyo para aprender el idioma a los venezolanos migrantes que llegan a Francia, les asesora en la obtención de los documentos necesarios para reglamentar su estatus y les orienta acerca de los lugares en los que pueden efectuar pasantías educativas y de trabajo. También apoya a comunidades indígenas de la región del Caura. Pero, sobre todo, Watunna es el motor del ya reconocido mundialmente concurso Amazine.

El certamen se viene llevando a cabo desde el año 2022 y no solo celebra la impresionante belleza de la Amazonía, sino que también ilumina los desafíos críticos que enfrenta en la actualidad.

La primera edición (2022) estuvo dedicada exclusivamente al sur de Venezuela, y la edición del año 2023 también examinó las contingencias ambientales dentro del país. Este año, sin embargo, los cortometrajes versan sobre los más de siete millones de kilómetros cuadrados que constituyen la Cuenca del Amazonas, distribuidos en nueve países, “porque vemos a la Amazonía como un bioma, un solo ente donde lo que ocurra o afecte a una de sus partes, afectará al todo”, explica Méndez Schreier.

“Hoy en día el cine verde o ambiental habla de actuar, y de actuar ya”, explica Ana María. Y prosigue: “La gravedad de la situación climática no puede esperar. El llamado es a formarse, a organizarse, a aprender, a enseñar a otros para alcanzar el cambio tan necesario. El fin de semana, se volvió a insistir en la ONU sobre necesidad de “actuar”. Ya no se usa la expresión “tomar conciencia”, “concientizar” o “concienciar”: Es urgente un cambio de actitud con relación al uso de los plásticos, el consumo de carne, o el apoyo a ONG ambientales, por ejemplo”, subraya la ecologista, aclarando que esperar a que se tome conciencia puede significar la desaparición de muchas especies de la biodiversidad.

La Asociación Watunna toma su nombre de los relatos o mitos de creación de los indígenas yekuana del estado Bolívar, que narran el origen del universo y de toda la humanidad. Estos relatos fueron recopilados magistralmente por el geólogo francés Marc de Civrieux en el libro publicado por Monte Ávila en el año 1970, Watunna. Un Ciclo De Creación. En El Orinoco. “Fue tan grande su influencia en mí que, al arribar a Francia y buscar un nombre para registrar en la prefectura a nuestra asociación, no dudé ni por un instante de que se llamaría Watunna, Watunna Venezuela, para que nadie se pierda en el globo terráqueo”, explica Ana María, refiriéndose a de Civrieux, con quien estaba emparentada.

La premiación de esta tercera edición del concurso se llevará a cabo en Madrid el jueves 17 de octubre, en una ceremonia que tendrá lugar en el emblemático Espacio Ronda. En esta oportunidad el jurado ha estado constituido por Anabel Rodríguez, Rafael Rodríguez Altamiranda y Francisco Andrés Aldazoro.

Resulta loable, sin duda, la iniciativa de esta venezolana que contribuye a crear un registro de vital importancia para documentar la situación medioambiental en la Amazonía, a fin de protegerla.

linda.dambrosiom@gmail.com

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