Los equipos de emergencias españoles continúan este domingo la búsqueda de las 54 personas migrantes que están desaparecidas, tras volcar una embarcación precaria frente a la isla canaria de El Hierro (Atlántico).
La barca, que volcó ayer sábado, llevaba 90 personas a bodo, según testimonios de los supervivientes, de las que los servicios de Salvamento Marítimo español solo pudieron rescatar con vida a 27, entre ellos cuatro menores, mientras que recuperaron nueve cadáveres.
Tres medios aéreos y tres marítimos forman el dispositivo de búsqueda, informaron a EFE este domingo fuentes de Salvamento Marítimo: una embarcación de este organismo público, otra de la Cruz Roja y una patrullera de la Guardia Civil.
En cuanto a los medios aéreos, dos pertenecen a la Guardia Civil y uno al Gobierno regional de Canarias, que se van rotando.
El presidente canario, Fernando Clavijo, informó ayer de que los equipos de emergencias no esperan recuperar más cuerpos de las personas que cayeron al mar hasta dentro de tres días, cuando salgan a flote, aunque se mantendrán las labores de rescate.
La Guardia Civil instala este domingo una carpa de frío en un muelle de El Hierro, por si encuentran las cuerpos, además, se va a trasladar hasta El Hierro un auxiliar de autopsia para ayudar en todo este proceso, informó la consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias, Candelaria Delgado.
Todos los ocupantes de la embarcación volcada eran hombres, algunos adolescentes, que embarcaron en Mauritania rumbo a las Islas Canarias, archipiélago español próximo a la costa atlántica africana.
El vuelco se produjo al concentrarse todas las personas en uno de los laterales, por lo que el pequeño barco se venció, todo ello en medio de unas condiciones climatológicas adversas con rachas de viento de unos 37 kilómetros por hora.
Este naufragio es la mayor tragedia migratoria ocurrida en Canarias en 30 años de llegadas de estas embarcaciones precarias, conocidas pateras.
La conocida como ruta canaria de la emigración, la que siguen los barcos que salen de la costa atlántica africana hasta Canarias, es considerada como la más peligrosa del mundo; en los siete primeros meses de 2024 se ha cobrado 702 vidas.
Las diferentes agencias de Naciones Unidas llevan años señalando a esta ruta como la más mortífera del mundo en términos comparativos (por proporción de muertos y supervivientes), pero este año lo es ya en cifras absolutas, según los últimos datos de ACNUR.
Con información de EFE
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