Gonzalo Oliveros Navarro: Construir consensos

Jueves 2 de diciembre de 2021

Una de las tareas imperativas –sino la mas- que debe afrontar la dirigencia política venezolana, toda ella, es la de construir consensos.

Gonzalo Oliveros Navarro / @barraplural

Ciertamente que a partir de febrero de 1999 se instaló en nuestro país una práctica fratricida en virtud de la cual el adversario político era visto como un enemigo y si bien es cierto que dicha conducta inicialmente fue adoptada por una de las partes en el conflicto nacional, la misma se extendió a la otra y al dia de hoy -tal como lo afirmó un reconocido analista en una reunión virtual a la cual asistí- es la inicialmente afectada por la práctica, la que se encuentra en búsqueda de la revancha correspondiente. Lo cierto es que una situación como esa en modo alguno facilitará la salida de la crisis en la que nos encontramos y por ende es imperativo buscarle una solución.

Creo, así lo afirmo responsablemente, que el consenso debe comenzar primero internamente en cada uno de los sectores en conflicto, aun cuando es lo cierto que los mismos son mas evidentes del lado opositor que del madurismo, aún cuando también es justo reconocer que el disenso en este se expresa en decisiones como la intervención judicial en el caso de la elección de Barinas que sin duda desconoce los acuerdos a los que habían llegado las partes en la mesa mexicana y por ende evidencia en dicho sector un ruido a todas luces escandaloso.

Pr su parte, respecto de la oposición, el mecanismo de descalificar personalmente a quien no comparte determinada posición -que fue utilizado de manera directa, personal y constante por el señor Chávez- ha sido adoptado por representantes de aquélla, casualmente no para referirse a quienes están con certeza en la acera contraria, sino a quienes hasta ayer fueron sus compañeros y al generalizar, le hacen extensiva la misma a todos los que expresaron su opinión a través de las tarjetas de partidos que la administración Maduro –via judicial- entregó para intervenir en elecciones. Seguro estoy –porque en la viña del Señor hay de todo- que habrá en estos, como en todos, personas de mala índole, pero de allí a la generalización, hay un trecho supremamente largo que debería originar una reflexión por parte de los respectivos actores.

El consenso interno pasa también por diseñar estrategias de ruta, que en el fondo no son excluyentes.

El revocatorio por ejemplo, no excluye la posibilidad de convenir la reinstitucionalización de los poderes o convenir los términos de una reforma constitucional que permita, con efecto inmediato convenido, la reducción de lapso de duración de los poderes públicos y la eliminación de la reelección indefinida, así como la creación de una justicia de paz y la comisión de la verdad o el establecimiento de garantías ciertas y verificables de que no habrá persecución por motivos políticos, entre otras materias.

Seguramente ello implicaría obviamente concesiones por las partes y es lo cierto que eso forma parte de la práctica política, aún cuando en nuestro país lo hubiéremos olvidado. En todo caso, afirmo que no hay tal exclusión por la circunstancia que, si se adelantare, conviniere y ejecutare la segunda estrategia, quienes promueven la primera muy bien podrían desistir del revocatorio planteado.

A partir del año 1999, los venezolanos hemos vivido en una permanente zozobra, en un conflicto que ha generado muertos, prisioneros, exilados y mas de cinco millones de migrantes por el mundo –que no ciudadanos pues están imposibilitados de ejercer dicha condición- lo que por cierto muy poco es mencionado por todos los actores políticos. Esa situación es menester resolverla y dado que es lo cierto que en esa guerra que todos hemos perdido en Venezuela, no habrá ganador –aunque suene redundante- lo conducente es comenzar, de una vez, a construir los consensos necesarios para ponerle término a la misma.

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