Las intoxicaciones alimentarias son más comunes de lo que se cree, y cualquier persona puede contraerla, sin embargo, se pueden evitar.
Cuando esto ocurre no debe tomarse a la ligera, pues en algunos grupos de personas el riesgo de que esto pueda agravarse es alto y hasta puede verse comprometida no solo la salud, sino hasta la vida.
Síntomas por intoxicaciones alimentarias
Aunque no todos los organismos reaccionan de la misma manera, los síntomas de intoxicación alimentaria más frecuentes incluyen: diarrea, vómitos, malestar estomacal, náuseas y dolor de cabeza.
¿Quiénes pueden verse afectados?
Tal como indicamos, cualquier persona puede sufrir un cuadro de intoxicación; no obstante, las personas más propensas son los niños menores de 5 años, adultos de 65 años o más, y embarazadas.
Además, de aquellas personas con un sistema inmunitario debilitado a causa de una afección o el medicamento que se usa para tratarla. Allí se incluyen los pacientes con diabetes, cáncer, VIH/sida, o enfermedad del hígado o los riñones.
¡Evítalas!
Para impedir que ocurra este inconveniente es imprescindible lavarse las manos antes de preparar los alimentos y después; y, además, limpiar las superficies de trabajo antes, durante y después de preparar los alimentos.
Todo ello es estrictamente necesario porque los microbios pueden sobrevivir en muchos lugares alrededor de la cocina, incluidos los utensilios, las tablas de cortar, los mesones y las manos.
También debes separar las carnes, las aves, el pescado, los mariscos y los huevos crudos de los alimentos listos para comer, y así evitar la contaminación cruzada.
De igual manera, es importante usar distintas tablas de cortar y mantener las carnes crudas alejadas de los otros alimentos tanto en el carrito de las compras como en el refrigerador.
También es indispensable cocinar los alimentos a la temperatura interna adecuada para eliminar las bacterias dañinas.
Otro punto a tomar en cuenta es la refrigeración de los alimentos, para ello el refrigerador debe mantenerse a menos de 40 grados.
Refrigerar las sobras dentro de las 2 horas de haberse cocinado, o dentro de 1 hora si la comida se expuso a temperaturas superiores a 90 gradaos.
Con información de 2001
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